Cosecha de tomates en el fondo del mar

Empresarios y científicos europeos cultivan con éxito hortalizas en el océano. Son las granjas del futuro. Por M. G. 

A ocho metros bajo el agua frente a la costa de Noli, en Italia, la empresa Ocean Reef Group cultiva plantas de albahaca, judías, espinacas, lechugas, rábanos y fresas. Crecen bajo unas cúpulas transparentes ancladas en el fondo del mar. Sus propietarios lo han llamado El Jardín de Nemo.

No siembran sobre tierra porque se enmohece. Utilizan en su lugar sustrato, espuma floral o lana de vidrio

Ahí abajo las plantas disponen de calor, agua y luz, están protegidas de vendavales o granizo y a salvo de las plagas. Y se autoabastecen de agua: las biosferas, rellenas de aire como si fueran globos, están abiertas por abajo, de tal manera que el agua del mar se condensa en la cara interior de las cúpulas y el agua así desalada aporta humedad a las plantas.

Acceso: los buzos entran a los invernaderos a través de la apertura situada en la parte inferior. Las plantas están colocadas en espiral

Hay sensores y cámaras vigilando que todo funcione. Hay quienes creen que las granjas submarinas son una solución para la alimentación del futuro. La empresa española Forward Thinking Architecture ya ha ideado una ‘granja inteligente flotante’ que aúna cría de peces, cultivo de vegetales y obtención de energía.

Las plantas del género Tagetes, que tienen flores de muchos colores, son muy fáciles de cultivar bajo el mar.

Se podrá anclar donde se necesite producir alimentos. Dentro de la ‘agricultura combinada’, destaca el proyecto alemán Peztomate, que mezcla el cultivo de tomates con la cría de peces en el mismo invernadero.

En granjas del mar Báltico se combina la cría de mejillones con el cultivo de algas. ellas generan alimento y ellos filtran el agua. También en los huertos de Thimble Island Oyster Company, en Estados Unidos, cosechan crustáceos, moluscos y plantas acuáticas. Los entusiastas de esta fórmula inciden en que hay diez mil tipos de plantas marinas comestibles, suficiente para alimentar a la humanidad.

Hay sensores y cámaras vigilando que todo funcione. Los hortelanos submarinos solo supervisan de vez en cuando el crecimiento de las tomateras.

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