Valdeinfierno (Murcia): La cuenca del Segura, con sus pantanos al 25 por ciento de su capacidad, es la más afectada. Este embalse en el municipio de Lorca está, literalmente, a cero. El problema no es solo la falta de lluvias. Los regantes llevan años denunciando que la presa sufre filtraciones.
Vadomojón (Córdoba): Presa clave para el regadío de las zonas aceiteras de Córdoba y Jaén, está al 33 por ciento. El mismo nivel que el año pasado... al final del verano. La Junta de Andalucía aprobó en junio medidas urgentes contra la sequía.
Fuensanta (Albacete): La situación en el sureste de España es crítica. Además de los problemas en la cuenca del Segura, la del Júcar está al 35 por ciento. Este pantano, al 9 por ciento, tenía el triple de agua hace un año.
Santomera (Murcia): La sequía, desde luego, está afectando al campo. Según la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, se han perdido 1600 millones de euros en los cinco primeros meses de 2017.
Entrepeñas (Guadalajara): La cuenca del Tajo también sufre. Con los embalses al 47 por ciento -Entrepeñas, al 13, está a la mitad que hace un año- la directora general de Agua, Liana Ardiles, ha anunciado que ya no habrá trasvases al Segura este año.
La tajera (Guadalajara): El Gobierno ha aprobado ya dos reales decretos de Sequía -Júcar y Segura (2015), y Duero (en junio)-, dejando fuera a Guadiana y Tajo. En esta última cuenca está La Tajera, al 15 por ciento.
Torre del águila (Sevilla): En la cuenca del Guadalquivir, con los pantanos al 46 por ciento, la situación también es preocupante. Esta presa está apenas al uno por ciento de su capacidad, sin posibilidad de ofrecer agua a los regantes de la comarca.
Contreras (Valencia): Las cuencas del Júcar -ahí está este embalse (al 15 por ciento)- y el Segura llevan dos años de sequía. La ministra Isabel García Tejerina asegura que el consumo no se verá afectado en verano.
Alarcón (Cuenca): La Agencia Europea del Medio Ambiente advertía este año de que España sufrirá, por el calentamiento global, una «disminución en las precipitaciones». Desde el Gobierno se subraya que, en todo caso, el nuestro es un país propenso a la sequía. Entre 1880 y 2000, más de la mitad de los años fueron secos o muy secos.
Nuestro país vive la peor sequía en más de 20 años. Desde 1995, no había tan poca agua embalsada en nuestros pantanos. Y las previsiones no ayudan. Tras la primavera más caliente que se recuerda, no se esperan lluvias hasta otoño. Viajamos de embalse en embalse en busca del agua perdida. Por Fernando Goitia / Fotos: Carlos Carrión
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