No solo el ser humano se ve afectado por el exceso de luz artificial, desde la exterior hasta la de nuestros móviles. Por Carlos Manuel Sánchez
El problema es más evidente cuando de trata de animales nocturnos, que son un 30 por ciento de los vertebrados y un 60 por ciento de los invertebrados y los cuales dependen de la oscuridad para cazar y alimentarse. Los rituales de apareamiento también se ven afectados.
Los insectos polinizadores disminuyen su actividad, según un estudio publicado por Nature. Las aves migratorias no saben cuándo emprender el vuelo. Los anfibios y serpientes tienen dificultades para regular los periodos de letargo con los que mantienen su temperatura corporal.
Hasta los árboles y las plantas no saben a qué atenerse y florecen a destiempo, lo que a su vez puede ser catastrófico para los herbívoros que dependen de ellos.
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