Mochuelos, lechuzas y búhos pueden girar el cuello hasta 270 grados y conseguir una visión de campo de hasta 360 grados. Por Fátima Uribarri
Esta habilidad circense la utilizan para oír mejor y porque carecen de movilidad ocular. Lo logran sin romperse huesos ni arterias y manteniendo el flujo sanguíneo del cerebro porque su cabeza conecta con el cuello sobre un pivote (nosotros tenemos dos), nos doblan en el número de vértebras, el canal que envuelve las arterias del cuello es mucho más grande que el nuestro y, además, sus arterias dejan ‘embalses’ de sangre en el cerebro y garantizan así su presencia permanente. El fotógrafo Miles Herbert ha captado en plena inspección circular a este mochuelo.
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