Seis horas al borde del precipicio
Se tarda seis horas en recorrer los 84,5 km del Paso de Abano. Hay que viajar con guías locales y vehículos especiales.
Guerreros
Torres de combate en Tushetia. Sus habitantes, cristianos ortodoxos, han guerreado con los musulmanes de Chechenia y Daguestán. Hablan georgiano, aunque tienen lengua propia.
Aislamiento total
En octubre los tushetios emigran con sus rebaños y regresan en abril. En invierno solo un puñado de ellos se queda en el valle, totalmente aislados por la nieve.
Aventura extrema
En la carretera que lleva al valle, construida en tiempos soviéticos, hay desprendimientos, precipicios y tramos en los que no caben las cuatro ruedas del coche.
El único acceso al valle de Tushetia, en Georgia, es una de las carreteras más peligrosas del mundo. Pero, ¿es buena idea arreglarla? Fotos y texto: Vicente Cabido
Recorrer los 84,5 kilómetros de la carretera del Paso de Abano es la única manera de acceder al valle de Tushetia, un lugar virgen de humos, cables y tecnología. Está en Georgia, bordeado por Chechenia y Daguestán, justo en los límites geográficos en los que acaba Europa y comienza Asia.
Es un paraje natural poblado por pastores, cascadas, bosques alpinos y montañas ‘sagradas’ para los tushetios. Esta riqueza natural es el principal argumento de los opositores al proyecto del Gobierno de Georgia de construir un nuevo acceso al valle. El paso de Abano es una de las diez carreteras más peligrosas del mundo. Fue construida en los años 60.
Antes, el valle estaba incomunicado, salvo que se recorriesen a pie o en caballo sus montañas. De hecho, los pastores recorren aun hoy la carretera andando con sus rebaños cada mes de octubre. Se mudan a otras villas porque la nieve aisla por completo el valle. Pero regresan en abril. Llevan siglos haciéndolo y no parecen querer dejar de hacerlo.