Las impactantes fotos de animales en peligro de extinción

En un mundo donde lo salvaje desaparece por días, la fotografía en busca de la belleza animal se ha convertido en un reto y una denuncia. Un prestigioso galardón reconoce las imágenes más impactantes para mostrarnos todo lo que nuestra mala gestión medioambiental pone en juego. Por Fernando González Sitges

Las fotografías de animales salvajes más divertidas del año

1 El sexo está en la cabeza · La monstruosa cabeza de un kobudai, un lábrido gigante, es el mayor reclamo para las hembras. En aguas de la isla de Sado, en Japón, los machos con mayores protuberancias conseguirán aparearse. Las hembras esconden un secreto descubierto hace poco: en determinadas circunstancias ambientales secretan hormonas masculinas que, en unos meses, las transforman en machos. / Tony Wu
2 Trabajo en equipo · Una cobra se enfrenta a un grupo de suricatos en Namibia. Los suricatos dividen sus funciones ante un enemigo. Mientras unos se llevan a las crías, los más fuertes se enfrentan al adversario con ferocidad. Esta cobra acabó huyendo. / Tertius a Gous
3 Acorralados · Este oso malayo gimoteaba en penosas condiciones en un zoológico de Sumatra. Fuera aún es peor: son perseguidos de forma despiadada por quienes buscan su bilis como remedio de la medicina tradicional. Están en peligro crítico. / Emily Garthwaite
4 'Cazado' · Quedan 103 tigres de Bengala. Así que, cuando el fotógrafo dispuso sus cámaras trampa en la selva de Bután, sabía que tenía pocas probabilidades de conseguir una sola foto. Pero 23 días después ‘capturó’ este magnífico macho. / Emmanuel Rondeau
5 Primer plano · En el archipiélago noruego de Svalbard, una joven morsa y su madre se acercan curiosas a ver la cámara que el fotógrafo sujeta metido en las gélidas aguas… y sin perder la calma. / Valter Bernadeschi
6 Rodeado · En el archipiélago de Raja Ampat, en el Pacífico, un pez rana buscaba presas inútilmente en medio de un mar de plásticos. La basura les impide camuflarse entre las algas para pescar. / Greg Lecoeur
7 La extraña soledad · Cuando la central de Chernóbil explotó en 1986, esta escuela de Prípiat, a tres kilómetros, fue  bandonada. Aunque los niveles de radiación son aún muy altos, los animales salvajes, como este zorro, sin humanos que los perturben, han vuelto con energías renovadas. / Adrian Blis

Es una suerte de cacería incruenta. A los aficionados y profesionales que buscan encontrar, grabar o retratar animales salvajes no les basta con estar frente a frente con ellos, tal y como sucede en un safari fotográfico convencional. La meta es conseguir el momento en el que estos animales hacen algo: se pelean, cazan, paren, huyen, se aparean…

Una imagen buena de un animal salvaje va más allá de la composición fotográfica. Para captar la esencia de estas criaturas hay que saber sus costumbres, su hábitat, sus carencias. Desde los tiempos en que Osa Johnson custodiaba con un rifle a su marido, Martin, mientras grababa rinocerontes y los abatía si se acercaban demasiado, los animales salvajes han visto desaparecer sus bosques, selvas y sabanas mientras los cámaras y fotógrafos deben buscar en lugares cada vez más salvajes y remotos. Son los llamados hot spots, lugares donde se reúnen en increíbles migraciones, cazan en grupo, se aparean por millares o simplemente se juntan con otras especies formando un marco incomparable.

Pero la fotografía en busca de la belleza animal ha empezado a compartirse con las imágenes que denuncian la pérdida de una naturaleza que parece condenada a desaparecer. Las fotografías submarinas empiezan a mostrar plásticos en un mar que parecía infinito, ahogando aves y tortugas y matando delfines y grandes ballenas. Los documentales de grandes selvas muestran ahora orangutanes desorientados en barrizales humeantes. Las películas sobre míticas llanuras repletas de herbívoros nos hablan con creciente frecuencia de furtivos, tráfico de especies y comercio ilegal de animales para la medicina tradicional china. Para estos observadores de los animales, la cosa se complica; hay que investigar más, viajar más lejos, afrontar mayores retos y crecientes peligros si se quiere encontrar especies que muestren un comportamiento natural.

Una imagen impactante es más eficaz que cualquier texto. Ya sea por su belleza o por el horror que muestren, estas imágenes consiguen llamar la atención del público y gritarles: «¡Mira mi belleza! ¿No crees que merece la pena conservarme?». A estos animales salvajes y a las selvas, mares, llanuras, montañas y desiertos que los contienen se les acaba el tiempo.

Los animales que no volveremos a ver

Perseguidos, desterrados, eliminados, acosados... Los animales salvajes sufren cada vez más la presión de los seres humanos sobre ellos y sus hábitats. No solo los furtivos son los culpables. Los…

PARA SABER MÁS

Web del premio: Wildlife Photographer of the Year

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