Acorazada
Las arañas Ctenizidae ponen puertas con ‘bisagras’a sus guaridas. Allí se esconden agazapadas y, cuando notan la presencia de una presa, se lanzan a por ella.
Las arañas Ctenizidae ponen puertas con ‘bisagras’a sus guaridas. Allí se esconden agazapadas y, cuando notan la presencia de una presa, se lanzan a por ella.
El tejedor republicano crea sobre árboles estos nidos para más de cien parejas. Las cálidas cámaras interiores se usan de noche; las exteriores, más frescas, de día.
Los machos de las aves de emparrado, en Indonesia, crean estas estructuras, que decoran con flores y frutas para atraer y cortejar a las hembras con sus exhibiciones.
La oropéndola de Moctezuma cuelga sus nidos de los extremos de las ramas para protegerlos. Las hembras los tejen en unos diez días, y en cada colonia hay entre 30 y 40
Los nidos de la termita brújula (Australia) tienen tres metros de alto, son planos y están orientados al norte para que el sol no les pegue de frente en las horas más calurosas
Igual que los cazadores inuits inventaron los iglús para guarecerse de las gélidas temperaturas del Ártico o Alaska, o los bereberes tunecinos de Matmata decidieron tallar la montaña para construir sus casas en roca para estar a salvo del calor, los animales salvajes también han sido capaces de crear estructuras arquitectónicas singulares que les sirven como hogar y los protegen de sus predadores. Y, la mayoría de las veces, recurriendo a trucos muy ingeniosos. Como el hornero rojo de Sudamérica, un pájaro que construye su nido con barro en forma de horno y lo expone al sol para que se endurezca y sea más resistente. O el castor de Alaska, que teje sus nidos en los lagos con una entrada más profunda de lo normal para evitar que se hiele en invierno. Son solo dos ejemplos de pericia constructiva, pero en el mundo animal hay decenas de casas singulares. Aquí van algunas con soluciones de lo más sagaces.
¿Por qué los animales presienten las catástrofes y nosotros nos?