La inventiva humana es capaz de dar con soluciones a la sequia que permiten a pueblos humildes atrapar un agua que se nos escapa entre los dedos o generarla de desechos orgánicos. Por R.P.
Del mar
La planta desalinizadora de Jebel Ali, en Dubái, es una de las mayores del mundo. Produce cada día dos millones de metros cúbicos de agua y 10.000 megavatios de electricidad.
De los excrementos humanos
El Omni-Processor, de Bill Gates, transforma los desechos orgánicos de 100.000 personas en 86.000 litros de agua mientras genera 250 kilovatios de electricidad.
De una patata
El holandés Marc van Rijsselberghe pensó que, si el 97 por ciento del agua del planeta es marina, nada mejor que seleccionar las variedades de plantas que mejor resisten la sal.
De la niebla
Los incas usaban redes para capturar la niebla que ascendía por las laderas. El sistema se usa hoy en Sudamérica, África y el Himalaya. Una red de 40 metros cuadrados, en Nepal, da 200 litros al día.
Cazadores de agua
Una red sostenida por un armazón de bambú captura las gotas de lluvia y las conduce al depósito. Recoge hasta 100 litros de agua potable al día. El arquitecto italiano Arturo Vittori es el autor de este ingenioso sistema puesto a prueba en Etiopía.