Rusia, la cárcel de los cetáceos

Casi un centenar de Belugas y orcas se hacinan aquí desde hace meses a la espera de ser liberadas. Por E. F. / Fotos: Getty Images, Cordon Press

Todo empezó en octubre pasado con una denuncia de Greenpeace: en la costa oriental rusa, en el mar de Ojotsk, cerca de la ciudad de Najodka, 87 belugas, 11 orcas y 5 crías de morsa se encontraban atrapadas en la mayor prisión de cetáceos del mundo. Allí, en una decena de pequeños corrales marinos, los animales esperaban a ser vendidos a acuarios y parques marinos de China por varios millones de dólares. Se encontraban en precarias condiciones, con sarpullidos, furúnculos, llagas y manchas, atribuidas a infecciones víricas, bacterianas y micóticas. A su vez, debido al estrés por la captura, el proceso de adaptación, las condiciones de hacinamiento y la hipotermia que sufren por la cercanía del hielo, su sistema inmunológico está enormemente debilitado.

Iban a ser vendidas a parques chinos por millones de dólares

Las presiones de las ONG y la recolección de más de 165.000 firmas que exigen su liberación -firmas entre las que se cuentan las de Leo DiCaprio y Pamela Anderson- llevaron al Gobierno de Vladímir Putin a tomar cartas en el asunto para salvar a los cetáceos. El Ministerio de Recursos Naturales invitó incluso al científico francés Jean-Michel Cousteau a ayudar en la rehabilitación de las belugas y las orcas cautivas antes de su liberación, la cual el propio Cousteau fiscalizará junto con su equipo de la Ocean Future Society. El hijo del mítico investigador ha creado a su vez un fondo internacional para cubrir los gastos de la rehabilitación de los animales enfermos. Su puesta en libertad es inminente, ya que solo podría iniciarse en esta época del año, cuando suben las temperaturas.

ESTE NO ES PAÍS PARA ORCAS

Rusia es el único país del mundo en que se pueden cazar y vender orcas, aunque solo con fines de «divulgación científica», una restricción que los empresarios se han saltado en los últimos años. Ya han vendido a China 15 ejemplares por un millón de dólares cada una.

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