La langosta del desierto -la de las plagas bíblicas- amenaza este verano a decenas de países. Por F. U.
La langosta es un enemigo implacable, corresponsable de la hambruna africana: se come el equivalente a su peso (2 g) al día y como se agrupa en enjambres de hasta 80 millones de individuos por km2 borra del mapa las cosechas a su paso.
Ha habido plagas que han invadido 60 países y han cubierto 60 millones de km2. Las lluvias torrenciales las favorecen porque las ninfas se crían cobijadas y alimentadas por la vegetación. Y este año ha llovido. El Yemen, Sudán, Eritrea, Etiopía y Somalia ya están ensombrecidos por enjambres temibles que el viento transporta hasta 200 km al día. Estos vecinos de Saná, capital yemení, las combaten como pueden.