La Roca de Sigiriya, en pleno corazón de Sri Lanka, es el cuello de un volcán. Por Fátima Uribarri

Su nombre significa la ‘Roca del León’: a él está dedicada y dos garras monumentales flanquean la puerta de la fortaleza de su cima, levantada en el siglo V por el príncipe Kasyapa. Este ambicioso príncipe asesinó a su padre y obligó a huir a su hermano, el legítimo heredero. Las pugnas constantes acabaron con aquella dinastía. La roca, que custodia preciosas pinturas rupestres y los frescos de la fortaleza, resiste a 370 metros de altura sobre el bosque frondoso que la va cercando en un avance imparable.

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