La muralla verde china para frenar el avance del desierto

Los desiertos son colosos difíciles de vencer: destruyen las cosechas y las infraestructuras; implacables, cada año se comen millones de hectáreas cultivables en el mundo. En China llevan décadas peleando contra el desierto del Gobi y han ganado algunas batallas. Esta fotografía muestra una de ellas. Por F. Uribarri

Solo en el mes de abril las tormentas de arena arremeten contra los cultivos entre tres y diez veces en algunas zonas de China. Con ellas el Gobi no solo da un zarpazo letal a las cosechas sino que va ganando terreno. El hombre se defiende con distintas iniciativas. En Xinjiang, por ejemplo, han hecho un gran estanque con agua recuperada y están reforestando.

El verde intenso del lago artificial contrasta con el tono apagado del desierto del Gobi. Esta fotografía aérea muestra el vivero de agua recuperada en la zona de Altay y algunos de los 400.000 árboles con los que se han reforestado 333 hectáreas. Además de la reforestación, este proyecto reutiliza agua y refuerza la recuperación medioambiental local.

Es parte de un proyecto titánico. Para frenar el avance del desierto del Gobi –un gigante de 1,3 millones de kilómetros cuadrados– China lleva más de 40 años levantando una muralla verde formada por árboles (sobre todo de la familia de las leguminosas que son muy resistentes) que cubrirá una extensión de 4.500 kilómetros y ayudará a detener al desierto.

Te puede interesar

Poner puertas al desierto

Un balneario en el desierto

"conocer"