El leopardo de las nieves es el felino más difícil de ver. Vive en zonas inhóspitas de Asia, a 5.000 metros de altura, y es un gran desconocido para los científicos. Por si fuera poco, cada vez quedan menos. Están en grave peligro de extinción. Por Fernando González Sitges

Cazar a 20 grados centígrados bajo cero resulta muy difícil. No es cuestión de frío, pues el pelaje protege al felino de las inclemencias del tiempo, pero la nieve cruje bajo sus patas y amenaza con delatar su presencia. Aquella noche el leopardo, o pantera de las nieves, caminaba pegado al suelo sabiendo que en algún lugar de la escarpada ladera por la que bajaba, un grupo de markhores, carneros de cuernos helicoidales, buscaba refugio. Había que ir con cuidado. Las rocas sueltas, la inclinación de la montaña y la nieve helada hacían de la cacería un lance peligroso. Las montañas Ladakh, en las postrimerías de la cordillera del Himalaya, no dan segundas oportunidades. Pero todo riesgo merecía la pena por algo de carne para sus dos cachorros. Las presas escasean y sus hijos, refugiados en una pequeña cueva montaña arriba, no resistirían mucho más.

El felino más desconocido del mundo: el leopardo invisible

Los machos son muy territoriales y marcan las rocas con sus olores corporales como señal disuasoria para otros machos y reclamo para las hembras.

El ruido de unas pequeñas piedras desprendiéndose le reveló la posición de sus presas. La cazadora se acercó, decidida. Diez pasos más y estarían a su alcance. Fijó su objetivo y se preparó para dar el salto cuando un ruido seco y atronador rompió la calma de las montañas Ladakh poniendo en fuga a la manada de markhores. A la madre cazadora no le importó. Yacía muerta por un disparo; una bala que había acabado igualmente con sus cachorros, condenados a morir de inanición. Es el precio que hay que pagar por ser uno de los felinos más escasos de la Tierra: una pantera o leopardo de las nieves.

A pesar de su amplio rango de distribución, que abarca 2,5 millones de kilómetros cuadrados repartidos por 12 países, estos felinos están desapareciendo. La caza furtiva, motivada por el mercado ilegal de su piel, huesos y órganos, está diezmando su población. Hoy se estima que deben de quedar entre 3.500 y 5.000 en todo el mundo. Nadie lo sabe con certeza. Ni los científicos más aguerridos pueden seguir sus pasos por las montañas más inhóspitas del mundo. Los radiotransmisores que consiguieron  colocar en el cuello de dos leopardos tenían frecuentes periodos de silencio cuando los felinos se internan entre montañas tan altas y escarpadas que bloquean las emisiones de radio. Mientras caminan hacia la extinción, su vida sigue siendo un misterio.

Han logrado colocar transmisores en el cuello de dos de estos leopardos, pero las altísimas montañas hacen que casi nunca llegue la señal

Para los biólogos encargados de su protección, la tarea de controlar y perseguir a los cazadores furtivos es casi imposible. Estos leopardos viven mayoritariamente en las regiones más inhóspitas de países empobrecidos, y los guardas son pocos y mal equipados. El mercado clandestino de pieles y partes de animales para la medicina tradicional, especialmente en China, incita a los campesinos a ganarse un sobresueldo. A lo que hay que añadir que se trata de lugares donde una cabra cazada por un leopardo puede suponer la ruina para toda una familia.

El felino más desconocido del mundo: el leopardo invisible 1

Los leopardos viven en zonas con duras condiciones que imponen la falta de oxígeno y un frío sobrecogedor.

La pantera de las nieves vive entre 3.500 y 5.000 metros de altura en un área extensa que abarca las cordilleras de los Himalayas, Altai, Tian Shan y montes Kunlun. El pasto allí es escaso y los animales deben adaptarse a las duras condiciones que imponen la falta de oxígeno y un frío sobrecogedor. Aun así, el equilibrio natural se mantenía entre predadores, presas y la austera cobertura vegetal, pero el incremento de la población está alterando este equilibrio. Las cabras, las ovejas y los yaks de los ganaderos compiten con los carneros salvajes –gorales, markhores, barales, argalíes- y un largo etcétera de los que se alimentan los leopardos. Para colmo de males, los cazadores deportivos de todo el mundo tienen estos carneros como alguno de los trofeos más codiciados y, aunque aportan gran cantidad de divisas al país, la presión de su actividad acaba recayendo sobre los leopardos de las nieves.

China cuenta con la mayor población de este felino, pero también con el mayor mercado ilegal de huesos, pieles y órganos

Como ya anunciara George Schaller, pionero en la conservación mundial del leopardo de las nieves, la única posibilidad de que estos felinos tengan algún futuro es que valgan más vivos que muertos. Y esto sólo se consigue por medio de un turismo que pague por ver y conocer los leopardos y su territorio. Con esta premisa en mente, se han puesto en práctica algunas importantes iniciativas en algunos de los países con mayor número de leopardos de las nieves. En Mongolia, Bayarjargal Agvaantseren, una antigua maestra de escuela, ha conseguido que las comunidades rurales se vayan sumando al Snow Leopard Trust. A través de este programa, los pastores locales consiguen llevar los productos que confeccionan con la lana de su ganado al mercado internacional. Bayarjargal les pide a cambio un compromiso firmado para proteger el leopardo de las nieves y sus presas. El acuerdo aumenta la posición social de las mujeres, encargadas de la manufactura de la lana, e incrementa los ingresos de las familias hasta un 15 por ciento anual; una cantidad que compensa con creces las pérdidas ocasionadas por las panteras.

El felino más desconocido del mundo: el leopardo invisible 2

La población local tilda de ‘espíritu’ al leopardo de las nieves por lo difícil que resulta llegar a verlo en su hábitat natural: viven en montañas de 3.500 a 5.000 metros de altura.

En la India, la Snow Leopard Conservacy promueve el ecoturismo en las poblaciones rurales que cuentan con leopardos de las nieves en sus inmediaciones y parte del dinero se invierte en construir establos y rediles a prueba de los grandes felinos. Incluso el Dalai Lama, dispuesto a acabar con la caza de estos animales en el Tíbet, ha pedido que dejen de matarlos. China cuenta con la mayor población de leopardos de las nieves, pero también alimenta el mayor mercado ilegal de pieles, huesos y órganos. El Gobierno afirma que lucha por su conservación, pero no pone fin al comercio y realiza maniobras políticas contrarias a este supuesto proteccionismo. En el Tíbet, por ejemplo, las autoridades han llegado a obligar a algunos cabecillas locales a vestir con prendas de piel de leopardo de las nieves para intentar socavar la autoridad del Dalai Lama. En cualquier caso, mientras una piel de pantera de las nieves valga una fortuna en el mercado ilegal, el mayor de los predadores del techo del mundo seguirá en grave peligro.

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