El último paraíso... está en Málaga

Un abeto único en el planeta, elevados picos junto con simas de gran profundidad, microclimas que favorecen una vegetación infinita y hasta 120 especies de aves. La sierra de las Nieves, en Málaga, es el último espacio natural incorporado a la red de Parques Nacionales de España. Ya son 16. Por Daniel Méndez / Fotos: Cordon

El último paraíso... está en Málaga

Una joya del medioambiente

Con una superficie de 23.000 hectáreas, este paraje malagueño ubicado en la serranía de Ronda (en la foto, una vista desde Yunquera) se convierte en el decimosexto Parque Nacional de España y en el tercero en Andalucía, tras Doñana y Sierra Nevada. Cuenta con paisajes tan dispares como las plantaciones de olivos y almendros que dominan el municipio de Guaro, así como los alcornoques y abetos pinsapos que pueblan la cuenca del río Verde o los casi dos mil metros de altura del pico Torrecilla, en Tolox.

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Patrimonio geológico

La sierra de las Nieves es escenario de grandes formaciones rocosas. Entre ellas se encuentran las peridotitas, unas rocas ultrabásicas, es decir, ricas en magnesio y hierro, que están entre las más escasas en la corteza terrestre. Se puede recorrer siguiendo distintas rutas de senderismo que parten de Monda, Istán, El Burgo…

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¡Agua a la vista!

Aquí hay grandes alturas, como el pico Torrecilla (1919 metros) o el peñón de los Enamorados (1775 metros); pero también profundidades como la sima del aire, que llega a los 658 metros bajo el nivel del mar. Una diversidad geológica que facilita la formación de acuíferos subterráneos: el origen de importantes ríos de la provincia.

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Pinsapo, el gran protagonista

Es una especie única de abeto. Amenazado de extinción, el pinsapo (en la foto, las piñas que da como fruto) solo crece en las laderas de las serranías de Cádiz y Málaga. La sierra de las Nieves alberga el mayor pinsapar y su protección es prioritaria. Al convertirse en Parque Nacional, se prohíbe cualquier tala con fines comerciales.

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Menuda fauna…

La ronca en el caso del gamo o la berrea de los ciervos forman parte del sonido del parque. Pero su diversidad biológica, más allá de grandes herbívoros como el corzo o el jabalí, destaca también por sus más de 120 especies de aves; entre ellas, el buitre leonado, el águila real y el halcón peregrino.