Coronavirus y lo que pasó en otras crisis después de la crisis

A lo largo de la historia, siempre ha habido gente que ha visto hasta en las peores crisis una oportunidad. Cuando pasa la tormenta, algunos consiguen sacarle partido. ¿Qué pasará con la crisis del coronavirus? Por Carlos Manuel Sánchez / Fotos: Getty Images

• ¿Quién no teme al ‘coronashock’?

LA CRISIS DE 1929 Y LOS ROCKEFELLER

Dice la leyenda que el limpiabotas de John D. Rockefeller le pidió consejo para invertir unos dólares y que el magnate decidió que si hasta los limpiabotas compraban acciones, era el momento de sacar el dinero de la Bolsa. Lo cierto es que cientos de miles de pequeños inversores confiaban en que los valores subirían indefinidamente. Unas pocas grandes fortunas —los Rockefeller, los Rothschild, los Morgan…— anticiparon que aquella euforia tenía fecha de caducidad, y no solo se libraron de las consecuencias del desplome de Wall Street, sino que salieron reforzados. El patriarca de la familia Kennedy multiplicó por 25 sus activos. En 1930, ya en plena Depresión, Henry Luce fundó Fortune, una publicación sobre los ricos y para los ricos. Costaba un dólar, cuando el precio de una revista rondaba los 5 centavos.

LA CRISIS DEL 73: EL PETRÓLEO SE CONVIERTE EN ARMA POLÍTICA

La crisis del petróleo de 1973 dio lugar a un fenómeno hasta entonces desconocido: la ‘estanflación’. El extraordinario aumento del precio del petróleo (por un embargo decidido por la OPEP, la organización de los principales productores) produjo un enorme aumento en los costos de producción, lo que obligó a las empresas a elevar los precios de los bienes. Eso, a su vez, derivó en un menor consumo. Lo que llevó a una menor producción y eso generó desempleo. Un círculo vicioso de inflación y paro que acabó con miles de negocios en el mundo. La crisis fue larga y los únicos beneficiados fueron los países del Golfo, que vieron confirmado que el petróleo era un arma política de gran magnitud y la usaron desde entonces. Pero, por buscar algo positivo, fue la primera vez que las empresas y los particulares hablaron del ‘ahorro energético’. Entre las medidas inmediatas, los fabricantes de automóviles redujeron el tamaño de sus coches para disminuir el consumo de combustible.

EL EFECTO 2000: TRAS LA BURBUJA, GOOGLE Y AMAZON SE DISPARAN

Google nació en 1998. Por entonces, los especuladores empiezan a fijarse en las empresas vinculadas a Internet y los fondos de riesgo desembarcan en el Nasdaq, el índice tecnológico. Es la ‘burbuja puntocom’, que empieza a inflarse. Y que coincide en el tiempo con el ‘efecto 2000’. Un apocalipsis informático provocado por el fallo en cadena de los ordenadores cuando sus relojes internos marcasen 00 y se hicieran un lío con las fechas y dejasen de funcionar. La gente acumuló latas de comida y agua embotellada. Pero a las doce campanadas más temidas le siguió la normalidad más absoluta. Se invirtieron 450.000 millones en nuevos equipos y parches para evitar la debacle. ¿Dinero bien gastado? Según se mire, porque millones de pequeños negocios que no habían renovado sus ordenadores tampoco tuvieron problemas… La burbuja terminó estallando en 2002. Unas 5000 tecnológicas quebraron o fueron absorbidas. Pero las grandes salieron enormemente reforzadas de aquella ‘masacre’. Solo podía quedar una (o dos): Google y Amazon, que hoy dominan el mundo.

2001, el 11S: EL GRAN MOMENTO DE LAS APUESTAS ‘A CORTO’

The Washington Post afirmó que en el ataque de Bin Laden a las Torres Gemelas, un símbolo del poder económico del imperio americano, los terroristas buscaban la bancarrota real de Estados Unidos. Se hundieron las cotizaciones de aerolíneas y aseguradoras. La caída de las compañías de seguros arrastraron a grandes fondos. Uno de los mayores perdedores de ese sector fue el fondo Berkshire Hathaway, de Warren Buffet. Ganaron los contratistas de defensa y armas. Pero sobre todo los inversores ‘a corto’. «American Airlines cayó un 39 por ciento y United Airlines un 42. Hasta un inversor novato puede ver las posibilidades de ‘ponerse en corto'», explica Hugh McDermott, un analista. ¿Cómo se hace? Se toman prestadas acciones que no se tienen y se venden al precio de ese día con el compromiso de recomprarlas en un plazo pactado. Si para entonces han bajado, el avispado inversor se embolsa la diferencia. Para conseguir eso el 11S había que ‘apostar’ muy rápido, mientras aún ardían las Torres. Los inversores americanos no se vanaglorian de ello, pero el trader español Josef Ajram no duda en contarlo. Tomó la decisión cuando impactó el primer avión; cuando impactó el segundo ya había ganado millones. Un mes después del 11S, el Dow Jones y el Nasdaq recuperaban el nivel de los días de antes del ataque.

2003, EL SARS: EL CONTRAPESO DE LA GUERRA DE IRAK

El SARS, el síndrome respiratorio agudo grave, infectó en 2003 a más de 8 mil personas en 29 países durante un periodo de 8 meses y causó 774 muertes. Sin embargo, la primera gran epidemia que surgió en China no tuvo un efecto negativo en la economía mundial. Al contrario, el índice S &P 500, uno de los índices considerados más representativos de la situación real del mercado, subió más de un 20 por ciento ese año. La explicación es que la amenaza sanitaria coincidió con la invasión de Iraq por parte de Estados Unidos y sus aliados. La guerra provocó un estímulo para la economía americana, que compensó cualquier efecto del virus. Las contratas militares suplieron las potenciales pérdidas comerciales.

2008, LA CRISIS: CUANDO EL TÉRMINO ‘FONDOS BUITRE’ SE HIZO FAMILIAR

En el siglo XXI todos jugaban a especuladores, las grandes corporaciones y los ciudadanos que compraban casas para revenderlas porque el ladrillo siempre subía de precio. Los mercados, por su parte, apestaban a bonos basura e hipotecas cuya toxicidad se disimulaba agrupándolas en grandes paquetes y poniéndoles nombres exóticos, cuyo potencial devastador se describe en la película La gran apuesta, que cuenta la historia real de los inversores que acertaron y ganaron miles de millones apostando a que el sistema colapsaría, como los inversores Michael Burry y Steve Eisman. Pero no solo ellos ganaron: los grandes bancos americanos fueron rescatados por los gobiernos. Y sabían que serían rescatados porque su caída se anunciaría como el fin del mundo. Además, entre los ganadores, todos apuntan a BlackRock, la mayor gestora de fondos del planeta, que ha crecido hasta superar los 6 billones de dólares. ¿La razón? Su software de análisis de riesgos, conocido como Aladdin, es «una máquina de rayos X» de carteras financieras, según Rob Goldstein, su director de operaciones.

2020, CORONAVIRUS, LA CRISIS PROVOCADA POR EL COVID-19

Con la crisis del coronavirus también habrá ganadores. Muchas empresas están viendo subir sus cotizaciones, entre ellas las relacionadas con el mundo farmacéutico. Habrá que ver cuáles se impondrán en la carrera por conseguir una vacuna contra la pandemia y conseguir los kits de diagnóstico del Covid-19.

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