Alteraciones, problemas digestivos… soportar demasiados decibelios puede ser más que una molestia. La contaminación acústica puede causar importantes problemas de salud. Por Lola Fernández
España es, después de Japón, el país que soporta más ruidos, según la Organización Mundial de la Salud. Y es que, teniendo en cuenta que el límite de tolerancia está establecido en 65 decibelios (dB) y que el claxon de un coche puede llegar a los 90 y una calle con circulación densa o en obras sobrepasa los 130 dB, no son de extrañar las quejas de los españoles.
Pero no sólo es el oído el que sufre (la exposición continuada a más de 90 dB, situación que se produce en muchas discotecas o conciertos, puede producir una pérdida auditiva irreversible), sino que la contaminación acústica puede llegar a causar importantes problemas de salud. Entre las consecuencias ‘no auditivas’ encontramos, principalmente, un aumento de las hormonas relacionadas con el estrés, reacción que va acompañada de un vertido de sustancias en sangre, como la adrenalina, que afectan a diversas funciones como:
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