Miles de mujeres con cáncer de mama podrían liberarse de pasar por el duro trance de la quimioterapia para curarse. Un revolucionario test determina con seguridad quiénes no la necesitan… Por Ixone Díaz-Landaluce/ Fotografías: Carlos Carrión
• Ni una ‘quimio’ innecesaria más
RETRATO ROBOT DE LAS CANDIDATAS
Aunque las plataformas genéticas como Oncotype DX suponen un cambio de paradigma en el periplo médico de estas enfermas, el test solo se puede aplicar a un tipo concreto de cáncer de mama. Las candidatas idóneas son aquellas que padecen un tumor en su fase inicial (es decir, de tamaño pequeño), de tipo hormonal y negativo para el gen HER2. Además, idealmente, sus ganglios linfáticos no deben estar afectados. Esa descripción responde casi al 60 por ciento de los cánceres de mama que se diagnostican. Según Palex, distribuidora de Oncotype en España, la prueba podría estar indicada para la mitad de las pacientes de cáncer de mama. Pero el doctor Albanell, el mayor experto nacional en el tema, es mucho más cauto. Para él, la selección debe ser más minuciosa. «Entre el 20 y el 30 por ciento tiene ganglios positivos en el momento del diagnóstico y, aunque el test puede hacerse con ellas, el nivel de evidencia es menor. Si el tumor es pequeño y de grado histológico bajo, no necesitan ‘quimio’ y no es necesario hacerles el test. Las mujeres con tumores muy grandes, por encima de cinco centímetros, reciben quimioterapia antes de la cirugía. Quizá algunas mujeres mayores no se pueden someter a una ‘quimio’ por sus condiciones de salud. Y con las más jóvenes hay que hablarlo porque en ese grupo de edad no hay tanta evidencia».
Julia López: «Tuve que pagarlo de mi bolsillo»
A Julia López la operaron de un tumor de 2,5 cm y de un ganglio que tenía afectado. Tras la cirugía, esta bilbaína de 53 años, ya estaba preparada para la ‘quimio’. Tenía cita para raparse el pelo y pensaba comprarse una peluca. «La oncóloga me dijo entonces que, con la información que tenían, eran partidarios de darme quimioterapia. Pero también me informó de la existencia de Oncotype y de que los datos que se extraían del test me podrían librar de la ‘quimio’. Me explicaron, eso sí, que el coste no estaría cubierto». López, que pagó los 2700 euros de su bolsillo, está «muy contenta de haberse librado», aunque critica que su uso no esté universalizado para otras pacientes que no pueden permitírselo.
Esther Cabrero: «Lo celebré por todo lo alto»
Cuando a Esther Cabrero le dijeron que tenía cáncer de mama, lo que más miedo le daba era la ‘quimio’. «En la clínica me dijeron que la necesitaría seguro, pero acudí a la sanidad pública en busca de una segunda opinión». En el Hospital del Mar de Barcelona, el doctor Joan Albanell le habló de Oncotype. Le hicieron el test y los médicos le dijeron que la ‘quimio’ no la beneficiaría en absoluto. «Todo lo contrario». Hasta entonces, «cada día era una mala noticia: ahora tienes cáncer, ahora hay que hacerte una biopsia, ahora debes someterte a una mastectomía… -rememora esta barcelonesa-. Pero un día, de pronto, te dicen que no vas a necesitar ‘quimio’. No recuerdo una noticia tan buena en años. Lo celebré por todo lo alto».
Piedad Castañeda: «Ya estaba mentalizada de que necesitaría ‘quimio'»
Cuando tenía 40 años, a Piedad Castañeda le diagnosticaron un cáncer de tiroides. Lo terminó superando, pero, cuando en 2017 una mamografía rutinaria le descubrió un cáncer de mama, pensó: «Me ha vuelto a tocar». Se acababa de jubilar, estaba «feliz», pero recibió la noticia y visualizó con angustia su futuro. «Yo ya estaba mentalizada de que necesitaría ‘quimio’ y todo lo que eso implicaba: caída del pelo, efectos secundarios… -recuerda esta barcelonesa-. Casualmente, un familiar estaba también con quimioterapia y lo pasó fatal». Su oncóloga en el Hospital del Mar de Barcelona le habló entonces del test y le explicó que quizá le bastara con una terapia hormonal de cinco años. Los resultados confirmaron la buena noticia. «Dentro de todo lo que me pasaba, aquella fue una enorme alegría».
Y EL EXCEPCIONAL UNO POR CIENTO
El barcelonés Jordi Codina es la excepción a la norma: ese uno por ciento de casos de cáncer de mama diagnosticados en hombres. Lo que parecía un quiste detrás del pezón, que su mujer insistió en que consultara con su médico de cabecera, terminó siendo un tumor. Diagnosticado en julio y operado en agosto en el Hospital del Mar de Barcelona, su oncóloga, la doctora María Martínez, le avanzó que debería seguir una terapia hormonal durante al menos cinco años. Sin embargo, también le planteó que quizá la ‘quimio’ no fuera necesaria. El test resolvería la duda. Profesor jubilado de guitarra clásica en el conservatorio de Barcelona, Codina, de 66 años, sigue dando recitales y conciertos. «Tenía varios programados y los dejé en suspenso hasta saber qué pasaba con la prueba. Mi alegría fue inmensa cuando supe que no iba a necesitar ‘quimio’, con todo lo que eso implica. Es una de las mejores noticias que he recibido últimamente. Ya he podido dar dos conciertos». En su caso, el riesgo de que el cáncer reaparezca en los próximos diez años es apenas de un cuatro por ciento.
Las 10.000 heroínas de la 'quimio'
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