Cómo mantener el corazón y la mente sanos

Una nueva disciplina, la psicocardiología, demuestra de manera científica cómo las emociones influyen en el sistema cardiovascular, explica cómo un disgusto puede «literalmente» partirnos el corazón y concluye que los amigos son la mejor medicina para evitar los infartos

Apague su estrés

Con métodos de la terapia cognitiva conductual, la terapia antiestrés ayuda a identificar los desencadenantes de la angustia y los patrones de conducta perjudiciales. Los participantes aprenden a retomar el control de su vida y gestionan mejor sus sentimientos negativos.

Abstinencia digital

Si no consigue desconectar, debería fijar unos tiempos a lo largo de la jornada durante los cuales no contestar el teléfono. También debería llegar a un acuerdo consigo mismo sobre las horas a las que se permitirá leer sus mensajes electrónicos. ¡No es imposible!

Duerma mejor

La falta crónica de sueño eleva el riesgo cardiovascular. Conteste: ¿necesita el despertador para levantarse? ¿Precisa café u otros estimulantes? ¿Los días libres duerme mucho más que los laborables? Si ha respondido con tres síes, duerme usted muy poco.

Adapte el ritmo diario. La importancia de la luz

Si se va a la cama más tarde de lo que debería, intente variar su ritmo diario. Para ello, expóngase desde temprano lo más posible a la luz solar y, por la tarde, apague lo más pronto que pueda las luces intensas, así como el televisor y los monitores leds (sí, también el smartphone).

Practique la relajación

La técnica reducción del estrés basada en la conciencia plena (MBSR en sus siglas inglesas) ayuda a combatir la presión. Tras un entrenamiento de varias semanas controlará su atención de forma selectiva. Estos ejercicios son eficaces contra ansiedad y depresión.

Música para el corazón

Las melodías actúan sobre el cerebro; pueden ralentizar el pulso y también acelerarlo. Por tanto, albergan el potencial tanto de reducir la presión arterial como los valores en sangre de la hormona del estrés. La música clásica es especialmente beneficiosa.

Toca moverse

Las personas que practican deporte de manera regular, por ejemplo tres veces a la semana durante 45 minutos, pueden conseguir mejores resultados que tomando un fármaco contra la hipertensión. Además, se recuperan de situaciones de estrés más rápidamente.

Relaciones sanas

La protección más eficaz para el corazón y la mente son unas relaciones afectuosas. Los que mantienen una amplia red de relaciones sociales (pareja, familia o amigos), aunque no se cuiden mucho, viven de media más tiempo que los solitarios que comen sano, hacen deporte y no fuman.

Pausas reparadoras

Haga pausas para reflexionar sobre sus deseos y objetivos. La búsqueda de un sentido a lo que se hace no es palabrería. Reserve un espacio en su vida para hacer algo que le llene, como una actividad artística. Las personas que cuentan con esos oasis reparadores resisten mejor las cargas.

Alimento para el cuerpo y el alma

Estudios han demostrado que la dieta mediterránea reduce el riesgo de infarto o embolia. Además, concluyen que la alimentación influye en el estado de ánimo. Por ejemplo, hay indicios de que la dieta mediterránea aumenta la sensación de satisfacción y la atención.

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