El duro proceso de un trasplante de cara

1 Casi un baile de graduación · Katie y su padre, pastor evangélico, bailan en un hotel de Cleveland 9 meses y medio antes del trasplante. Los Stubblefield se mudaron a una residencia cercana al hospital. La familia subsiste gracias a la generosidad de parientes y amigos y a las campañas por Internet.
2 Mamá siempre cerca · Alesia atiende constantemente a su hija. Le da la medicación, le trae agua en un vasito con biberón, le da friegas en las manos y en los pies, le calienta las zapatillas y las mascarillas oculares en el microondas, la abraza hasta que se duerme…
3 "Lo hice sin pensar" · «Honestamente -dice Katie-, no tenía pensamientos suicidas. Lo hice sin pensar». La psiquiatra, clave para que el trasplante fuera viable, dictaminó que Katie, en efecto, actuó por un impulso y que es luchadora y vital.
4 La cara híbrida · Pasados 19 días desde el trasplante, Katie tenía la cara aún muy hinchada. A medida que vaya sanando, su nuevo rostro se adaptará a la estructura ósea
5 A cámara lenta · Un paseo con las fisioterapeutas por los pasillos del hospital 20 días después del trasplante. Katie tuvo que aprender a caminar de nuevo a causa del traumatismo cerebral. Y la lista de medicamentos que toma cada día ocupa dos páginas y media.
6 "Gracias por este regalo" · El encuentro entre Katie y Sandra, la abuela de la donante, fue muy emotivo. Aunque se protege la confidencialidad del proceso, ambas familias quisieron conocerse. «Estás preciosa», le dijo la anciana. «Gracias por este regalo increíble», respondió Katie.
7 ¿Sigues ahí, hija? · Los padres de Katie han aparcado sus vidas para estar las 24 horas al cuidado de su hija. Va recuperando la dicción y confían en que algún día vuelva a ver. Alesia, la madre, le preguntó una vez. «¿Sigues estando ahí detrás, hija mía?».

Terror, valor, superación y amor, las claves de la increíble historia de Kate Stubblefield, la paciente más joven del mundo en recibir un trasplante de cara. Texto C.M.Sánchez/ Fotografías: Maggie Steber

• Virgen de la Arrixaca, en Murcia: el hospital de las segundas oportunidades

Cuando sus padres le explicaron lo que había hecho, se quedó atónita. Y se sintió culpable por el calvario que están pasando los suyos. Katie se intentó suicidar pegándose un tiro en la boca que le destrozó su rostro.

Trasplante de cara, una segunda oportunidad para Kate

A los 18 años, la estadounidense Katie Stubblefield se quiso suicidar de un tiro en la boca. A los 21 se convirtió en la paciente más joven del mundo en…

"conocer"