Sobrevivir al coma
El coma es un estado entre la vida y la muerte de la que algunos han regresado y contar su experiencia. Uno de ellos el eminente neurocirujano Eben Alexander que tras siete dÃas en coma recuperó la consciencia: «El cielo existe. Yo estuve allû; pero no es el único… ellos también estuvieron allÃ…
El vuelo de Carl jung, psiquiatra
En 1944, el afamado psiquiatra suizo y colaborador de Freud vio la luz. HabÃa sufrido un infarto y permanecÃa en coma en un hospital de Suiza. Tal y como relató en su autobiografÃa, su viaje lo llevó a miles de kilómetros de la Tierra, desde donde pudo observar el planeta y describirlo con increÃble precisión dos décadas antes de que el primer astronauta viajara al espacio. También visitó un templo antes de que una visión de su médico le advirtiera que «tenÃa que regresar». Y lo hizo. Jung, padre de la psicologÃa analÃtica, tuvo problemas para adaptarse después. «Ya no habÃa nada más que deseara. La vida y el mundo entero me parecÃan una prisión», reflexionaba en sus memorias.
Don Piper y la música celestial, pastor baptista
Después de que un camión embistiera su coche en 1989, este pastor baptista fue declarado muerto. Tras 90 minutos sin constantes vitales, recuperó la consciencia. Piper asegura que en ese tiempo visitó el cielo, en cuyas puertas su abuelo fallecido le dio la bienvenida mientras, de fondo, se escuchaba una música celestial. «Es la cosa más real que me ha ocurrido», ha dicho. Lo contó todo en un best seller [90 minutos en el cielo] que vendió cuatro millones de copias. Desde entonces afirma: «Este ya no me parece un mundo real, porque ahora sé lo efÃmero que es. No puedo esperar a volver allû.
Mary Neal y su espÃritu errante, médico
Cuando su kayak volcó en el año 1999, quedó atrapada bajo el agua hasta perder la conciencia. Sin respiración durante 15 minutos, Neal cirujana de profesión asegura que vio pasar su vida delante de sus ojos. «Mi espÃritu se deshizo de mi cuerpo y salà del rÃo». Entonces, según relató en el superventas Al cielo y vuelta, vio cómo sacaban su cuerpo y le practicaban un masaje cardiaco. Después atravesó un túnel brillante y llegó al cielo, donde unos ángeles le dijeron que debÃa volver. «Para mÃ, los lÃmites entre Dios y la medicina se han alterado. Ahora rezo por mis pacientes».
Colton Burpo y los ángeles, estudiante
Cuando Colton tenÃa 4 años estuvo a punto de morir por una apendicitis mal tratada. Al dejar el hospital dos meses después, le contó a su padre que habÃa estado en el cielo. «Jesús le pidió a los ángeles que me cantaran porque yo estaba muy asustado». Teniendo en cuenta que el padre, Todd, es pastor protestante, la afirmación no era tan rara. Lo peculiar es que describió con detalle de lo que sucedÃa mientras le operaban. «Tú estabas solo en un cuarto pequeño, rezando, y mamá estaba en otro y hablaba por teléfono». Todd escribió un libro, El cielo es real, con la experiencia de su hijo.
El increÃble caso de Scott Routley
Scott Routley, un canadiense de 39 años, en estado vegetativo desde que sufrió un grave accidente de automóvil, falleció en 2013. En su estado, los análisis clÃnicos daban por hecho que no habÃa conciencia y, efectivamente, es asà en la mayorÃa de los casos. Pero no en todos. El cientÃfico británico Adrian Owen estaba decidido a demostrar que al menos un 20 por ciento de las personas en estado vegetativo están conscientes. Solo que no habÃa pistas para saber quiénes lo están y quiénes no. Owen, que ya habÃa tenido éxito en otros casos, eligió a Routley para hacer una prueba porque sus padres insistÃan en que su hijo podÃa oÃrlos. Aplicaron su método habitual. Le pidieron que para responder no a sus preguntas se imaginase jugando al tenis, y que para responder sà se imaginase caminando por su casa, mientras se lo analizaba con un escáner de resonancia magnética. Hay unas partes especÃficas del cerebro que se iluminan cuando nos movemos. Y es una parte diferente según el tipo de movimiento y el lugar. Es decir, se pueden vincular directamente. Se puede preguntar de todo, pero, por ejemplo, es difÃcil interpretar las respuestas a preguntas relacionadas con los sentimientos. No asà con hechos muy concretos. Asà puedieron saber que Scott pensaba, sabÃa quién era y dónde estaba. Y una cosa muy importante: que no sentÃa.