Los estudios sobre el dolor de cabeza se contradicen. A veces se usan mal métodos que sí son eficaces. El objetivo es encontrar una estrategia personal contra la migraña
DESENCADENANTES
- Cambios de tiempo. Muy populares. Sin embargo, hasta hoy no hay estudios serios que corroboren esta sospecha generalizada. El viento en el sur tampoco parece tener una capacidad misteriosa para provocar dolores de cabeza.
- Alimentos. Uno de cada cinco pacientes ve un enemigo en la comida. Pero los investigadores casi nunca localizan una posible dependencia en sus estudios cruzados. En el caso del alcohol, hay diferencias en función de cuándo se toma y cuánto. La histamina del queso, el aspartamo de los refrescos de cola light, el potenciador del sabor glutamato todos ellos: inocentes.
- Hormonas. Muchas mujeres observan que tienen migrañas cuando se acerca su periodo. Los estudios han demostrado que el descenso repentino de los niveles de estrógenos actúa como desencadenante, pero con menos frecuencia de lo esperado. Una de cada cuatro afectadas puede respirar aliviada tras la menopausia. Los parches de estrógenos no protegen de la migraña, pero el gel sí lo hace.
- Alteraciones del ritmo. Los relojes corren de otro modo en el fin de semana. Por eso, muchos se lo pasan en la cama, con migraña. Todo lo que altera el horario habitual puede ser desencadenante: el estrés, las noches de fiesta, las emociones intensas… No es el nivel general de estrés lo determinante, sino el cambio súbito.
MEDICAMENTOS
- Analgésicos. Con los clásicos de la farmacia (ácido acetilsalicílico, paracetamol e ibuprofeno) se pueden tratar bastante bien la mayoría de las variantes de dolor de cabeza. Para que las pastillas hagan efecto: tomarlas en el momento justo y con suficiente agua (un vaso). Un error habitual es utilizar una dosis demasiado baja: una aspirina de medio gramo casi nunca funciona contra una migraña. Es mejor tomar 1000 o 1500 miligramos.
- Triptanos. Reproducen en el cerebro el efecto de la serotonina y están pensados para ataques fuertes de migraña. Cada uno tiene que dar con la variante que mejor le vaya de entre las existentes. Hay productos de efecto rápido o lento, incluso sprays nasales y supositorios. Unos producen sensación de cansancio; otros, no. El dolor remite rápidamente en el 30 por ciento de los casos.
- Betabloqueantes y compañía. Los médicos utilizan con un éxito parcial estos fármacos procedentes de las terapias cardiacas y del tratamiento de la epilepsia; lo hacen como medida preventiva y en dosis bajas.
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