La ciencia no ha podido confirmar que tener anticuerpos equivalga a inmunidad frente a la COVID-19. Nuestras defensas no se comportan del mismo modo en todas las personas que ‘vencen’ al virus…¿Cuánto tiempo funcionan? ¿Por qué en algunas personas desaparecen al poco tiempo? Los expertos responden. Por Fernando Goitia/Ilustración: Mekakushi/Getty Images

• Los científicos han encontrado un inesperado aliado contra el coronavirus: el resfriado

¿Me puedo volver a contagiar tras pasar la COVID-19?

Parece algo muy excepcional. Entre más de 30 millones de contagiados en el mundo, apenas se han notificado ocho reinfecciones: en Hong Kong, Estados Unidos, Bélgica, Holanda y España, con solo un caso de enfermedad grave. Son casos en los que aún hay que revisar qué factores han podido influir en la reinfección: historial del paciente, sus condicionantes genéticos, su respuesta inmune, secuencia de los virus detrás de cada infección… Ya que, según un artículo publicado en Nature sobre las dos primeras reinfecciones detectadas, en Hong Kong y Estados Unidos, en ambas se trataba de infecciones independientes en una misma persona con dos cepas diferenciadas del patógeno. Son mucho más numerosos (entre 2 y 5 por ciento) los casos de personas que vuelven a dar positivo en PCR, pero sin reproducir la enfermedad. Puede deberse a que estas pruebas solo detectan ciertos fragmentos de ARN del virus, no si sigue activo, y a que algunas personas tardan más de 14 días en eliminar los restos del SARS-CoV-2.

¿Tener anticuerpos de COVID-19 significa que estoy protegido?

No está comprobado, aunque, en las enfermedades infecciosas, ante virus, bacterias, parásitos u hongos, lo más habitual es generar anticuerpos neutralizantes que protegen de reinfecciones, pero no siempre ocurre. Depende del grado y del tipo de inmunidad  [ver gráfico] que suscite cada patógeno y de la respuesta de cada individuo. En el caso del SARS-CoV-2, se ha visto que la respuesta que ofrecen estos anticuerpos puede ser incompleta y transitoria, ya que no siempre se activan ante el patógeno y, además, muchos pacientes los pierden rápidamente

¿Por qué, tras haber pasado la COVID-19 no he generado anticuerpos?

En más del 20 por ciento de los pacientes que ha superado la enfermedad no se han detectado anticuerpos específicos frente a la COVID-19. Los investigadores creen que, en estos casos, el sistema inmune habría vencido al virus exclusivamente mediante una respuesta inmune de tipo celular [Tipos de inmunidad: ver gráfico]. En algunas personas, además, se ha visto que existe una inmunidad celular generada por la exposición previa a coronavirus de la familia del resfriado común que las protege frente a la enfermedad.

¿Por qué tenía anticuerpos y, un mes después, ya no tengo ?

Muchos infectados por la COVID-19 pierden sus anticuerpos poco después de superar la infección: el 7 por ciento en apenas dos semanas y el 14 por ciento en un mes, cifra que se eleva al 20 por ciento en los asintomáticos, según el estudio nacional de serología realizado por el Ministerio de Sanidad. Los investigadores creen que la razón de esta anomalía puede deberse a que, a la hora de defenderse, nuestro organismo dé preponderancia a la inmunidad celular en detrimento de la humoral [Tipos de inmunidad: ver gráfico] , ya que se ha comprobado en algunos pacientes la existencia de protección celular específica y potente frente al SARS-CoV-2. Está por ver si esta es la responsable de controlar la infección y su gravedad y de proteger frente a una reinfección. Además, aunque un test serológico no detecte anticuerpos, estos pueden haberse almacenado en las células de memoria, que los generarían de nuevo si el virus regresa.

¿Cuánto tiempo ‘funcionan’ los anticuerpos?

Un estudio realizado en Islandia con 30.000 personas sitúa en cuatro meses la duración media de los anticuerpos generados frente al SARS-CoV-2. En cuanto a los anticuerpos neutralizantes -los que bloquean o eliminan el virus-, estos comienzan a aparecer unas dos semanas después de que se inicie la infección, según diversas investigaciones, y su pico máximo de actividad se produciría entre las cuatro y las seis semanas.

¿Por qué a algunas personas les aumentan los anticuerpos?

Es muy excepcional, pero puede deberse a que el virus siga en el cuerpo. Se han registrado casos de viremia (replicación viral) durante semanas e incluso meses tras la aparición de los síntomas. De hecho, está por ver si este virus se queda latente en el organismo, ya que, además de en el aparato respiratorio, donde lo buscan las pruebas diagnósticas, también se replica en el digestivo o el cardiovascular. Otra posibilidad es que el paciente haya estado con personas infectadas y que se reactiven sus anticuerpos. También se ha descrito que los coronavirus del catarro común podrían reactivar esa inmunidad. Por otro lado, ante virus como los herpes, que permanecen latentes, los anticuerpos suben cuando baja la inmunidad celular (por el uso de fármacos inmunosupresores, estrés.). Cuando se recupera, bajan de nuevo.

Si no nos garantizan la protección, ¿por qué se hacen tantos test de anticuerpos?

La utilidad de los test serológicos es, ante todo, diagnóstica: saber si una persona está infectada o si ha ‘visto’ al virus. Son herramientas baratas y rápidas, útiles para la rutina clínica, que revelan la presencia de anticuerpos generados por el SARS-CoV-2 en nuestro organismo, sin especificar si estos son capaces de eliminar el virus. Eso requiere de análisis más lentos, caros y específicos en laboratorio. Tampoco hay pruebas rápidas para comprobar la inmunidad celular.

¿Los niños también tienen anticuerpos?

Sí. Según un estudio realizado en Estados Unidos, en Children’s National Hospital, en Washington D. C., el tiempo medio que tardan los niños en generar anticuerpos del tipo IgG (los que proporcionan la mayor parte de la protección) es de 18 días. Y de 36 para generar niveles adecuados de anticuerpos capaces, en teoría, de proteger de una reinfección. Además, el tiempo medio que tardan en eliminar el virus cuando son asintomáticos sería de 25 días. En todo caso, hay menos datos disponibles de la incidencia del virus en población pediátricas. Por otro lado, la inmunidad celular generada por coronavirus del resfriado común podría explicar por qué los menores, más susceptibles a los catarros, superan la infección con síntomas leves o sin síntomas.

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