Representa la principal causa de muerte por cáncer en nuestro país. 30.000 nuevos casos al año, 21.918 fallecidos en 2020. Pero, pese a su incidencia y gravedad, el cáncer de pulmón sigue siendo muy poco visible y hay que seguir investigando. Así lo pusieron de manifiesto algunos de los mayores expertos en oncología médica de nuestro país durante la celebración del encuentro ‘XLCancer Care: cáncer de pulmón’. Según explicaron, su elevada mortalidad se potencia por el abordaje tardío de la enfermedad. Actualmente, solo un 30 por ciento de los tumores de pulmón se diagnostican en estadios tempranos, que es cuando aún es potencialmente curable. La detección en esas etapas iniciales y el cribado de pacientes de alto riesgo podrían suponer un aumento de la supervivencia de hasta el 80 por ciento, ya que aumentar el diagnóstico en esos estadios ofrece más posibilidades de tratamiento quirúrgico y acceso a los nuevos avances en inmunoterapia. Según expertos de Roche, la biopsia líquida podría ser una herramienta de análisis molecular en sangre que en el futuro podría contribuir, junto a las pruebas radiológicas, a identificar mejor a los pacientes que tengan más probabilidad de tener un cáncer. Ahora, esta técnica ya es útil para identificar a los enfermos con mutaciones genéticas candidatas a terapias innovadoras.

Peculiaridades y factores de riesgo El cáncer de pulmón se clasifica básicamente en dos tipos: el microcítico (CPM) o de célula pequeña y el no microcítico (CPNM). Este segundo es el más común y representa el 85 por ciento de todos los casos. El CPNM comprende cáncer de pulmón no escamoso y de células escamosas; el escamoso se caracteriza por células planas que cubren la superficie de las vías respiratorias cuando se observan bajo un microscopio. Por lo general, entre el 15 y el 20 por ciento de los casos de CPNM también se presentan con metástasis hepáticas, que son difíciles de tratar; estos pacientes tienen un peor pronóstico, con un riesgo de muerte aproximadamente un 50 por ciento mayor.

Se trata de uno de los tumores más complicados que hay en su manejo, ya que en él influyen aspectos biológicos y moleculares, que lo hacen distinto a otros cánceres. La prevención primaria a través de la erradicación del tabaquismo continúa siendo un reto pendiente, teniendo en cuenta que más del 80 por ciento de los casos se diagnostican en fumadores. Otros factores de riesgo importantes son:

– La radiación: las personas tratadas con radioterapia tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.

– Riesgos laborales: aquellos que trabajan en ciertas industrias en las que existe un alto riesgo de contacto con sustancias cancerígenas, como el amianto o los gases de combustión. . Contaminación urbana: hay evidencias que apuntan a que el índice de cáncer de pulmón es más alto en ciudades que en zonas rurales, sobre todo por la contaminación del aire.

– Contaminación del aire en espacios interiores: en algunas regiones de China y otros países asiáticos pueden tener un mayor riesgo de padecer cáncer de pulmón, por vivir en casas con poca ventilación en las que suelen quemarse carbón, madera u otros combustibles sólidos.

– Otras enfermedades de pulmón: las personas que padecen tuberculosis pulmonar o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de pulmón.

En cuanto a los tratamientos, las opciones varían según el tipo y el estadio del cáncer, además de su tamaño y de dónde se localice exactamente en el pulmón. El tipo de tratamiento también dependerá de si se ha extendido a otras partes del cuerpo y del estado de salud general del paciente. A pesar de que en los últimos años han surgido muchas novedades que han conseguido prolongar la vida de los pacientes de cáncer de pulmón, los expertos son conscientes de que el abordaje de este tipo de tumor sigue representando un gran reto, tanto a nivel clínico como de investigación, y que la promesa de la inmunoterapia oncológica, una nueva opción de tratamiento, junto con los tratamientos ya existentes, representa una esperanza para los pacientes y sus familias.

Foto apertura;: de izquierda a derecha: Allan Sam y Fabio Franco Pérez, jefe del Servicio de Neumología y oncólogo médico de la Unidad Multidisciplinar de Tumores Torácicos, ambos de MD Anderson Cancer Center Madrid; María José Sánchez Pérez, directora científica del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada; y Juan Carlos Trujillo, jefe clínico del Servicio de Cirugía Torácica del hospital Santa Creu i Sant Pau de Barcelona.

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