Basel y Khouloud Abu Shama, con sus dos hijas -Dana y Layan-, fueron los primeros habitantes de Rawabi. Basel trabaja para una farmacéutica suiza y su esposa es profesora de Ciencias. Les atrajo la modernidad de la ciudad y aprecian la calma. Solo lamentan la falta de transporte público.
Financiada por el millonario palestino al Masri, y un fondo de inversiones de Qatar, Rawabi fue levantada en una solitaria colina y ha estado siempre al borde de la bancarrota. Como todas las ciudades palestinas, necesitó permiso de Israel para tener agua o electricidad, que lo retrasó cuanto pudo. El número de habitantes -unos 300- aún es bajo para cubrir costes.
Un niño se pasea en patinete eléctrico por Rawabi. El proyecto recibe críticas de judíos, aunque podría ser una réplica de sus asentamientos ilegales, y de palestinos que lo tachan de neoliberal y occidental por su diseño ajeno a la tradición de Oriente Medio.
Mohammed y Diana son entusiastas defensores de Rawabi. Él creció en Arabia Saudí y estudió en Estados Unidos. Trabajaba en Microsoft cuando convenció a su esposa para trasladarse a Rawabi. «Si esta ciudad fracasa, los palestinos nunca tendremos la oportunidad de vivir una vida digna, sin controles y sin miedo».
Muna, de 27 años, y Sawsan, de 33, trabajan en el centro comercial de Rawabi y comparten uno de sus apartamentos. El futuro de Rawabi depende de si logran crear trabajos, porque las ciudades cercanas como Ramala, pese a estar a solo 9 kilómetros, son de difícil acceso por los controles.
Layan y Malik son hermanos. Ella, de 8 años, quiere estudiar artes; él, de 10, ser astronauta. Los dos estudian en la escuela en inglés de Rawabi, a unos metros de su casa.
Dara, de 2 años, es el primer bebé nacido en Rawabi. Su madre, Shiffa, trabajó como ingeniera en la construcción de la ciudad y ahora se dedica a las ventas. Su marido, Mazen, trabaja para una empresa de telecomunicaciones.
La familia de Suhaib y Dalia es atípica porque ella proviene de una familia ruso-judía. la lengua materna de los niños es el hebreo. Vieron un documental sobre Rawabi y decidieron que era su lugar. Él, que trabaja para la Autoridad Palestina, es el vicealcalde.
A solo 20 kilómetros de Jerusalén se levanta Rawabi, la primera ciudad de Cisjordania construida por palestinos, con capacidad para 25.000 habitantes. Pese al enorme desafío, sus ciudadanos aspiran a que sea el embrión del futuro Estado de Palestina a poca distancia de la que algunos dicen es la ciudad más antigua del mundo en pie, Jericó.
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