Recordamos algunos aterrizajes forzosos en los que la pericia de los pilotos sirvió para evitar una catástrofe. Por I. N.

A pesar del pánico que provocan, los accidentes aéreos son estadísticamente improbables. Eso sí: las pocas veces que la tecnología falla sólo la pericia del piloto evita la tragedia. Y, afortunadamente, más de un caso lo demuestra.

Nueva York, 2009: cinco minutos críticos

15 de enero

Aquel día Chesley Sullenberge se convirtió en un héroe. Su primer oficial iba en los mandos. Él, a un lado, vio venir las aves y las olió arder en las turbinas. Los motores: muertos.

El piloto amariza su Airbus 320 sobre el río Hudson, pero los 155 pasajeros aún corren peligro. Las naves no flotan: gracias a un sistema que cierra casi herméticamente todas las compuertas, tardan cinco minutos en inundarse, pero se hunden. «Sully» intentó amarizar por ello cerca de un barco que pudiera «completar» el rescate. Lo midió todo.

Hawái, 1988: adiós al fuselaje

28 de abril

Un Boeing 737 de Aloha Airlines sufre una descompresión explosiva por una serie de fisuras en el fuselaje, cuya parte superior desaparece en pleno vuelo. Las mascarillas de oxígeno también se pierden, pero a 2.000 metros hay ya suficiente oxígeno y es posible respirar. El piloto logra aterrizar cerca, en Maui. La azafata que entonces recogía las bandejas es la única víctima mortal: salió despedida. Nunca se halló su cuerpo.

Londres, 2008: fuera de pista

17 de enero

Un Boeing 777 de British Airways proveniente de Pekín realiza un aterrizaje forzoso en el aeropuerto de Heathrow: toma suelo 300 metros antes de alcanzar la pista con 136 pasajeros a bordo. No hay muertos, sólo 13 heridos. Fallaron los motores, pero, antes y después de la anomalía, todos los sistemas respondieron. Aún se investigan las causas y se ha descartado la hipótesis de un atentado fallido.

Amazonas, 1989: a la selva por error

3 de septiembre

César Garcés, comandante del vuelo 254 de Varig, programa mal el piloto automático y advierte, ya tarde, el error. Incomunicado, perdido sobre el Amazonas y sin combustible, aterriza en la selva, amortiguado por árboles de más de 40 metros. Los 43 supervivientes vagan varios días a la intemperie. Otras 13 personas mueren en el intento.

Te puede interesar

Accidentes aéreos por errores de pilotaje

Nuevo XL Semanal
El nuevo XLSemanal

A partir de ahora consulta los nuevos contenidos en la web de tu periódico

Descúbrelos