El mundo rural desaparece. En la España despoblada no hay trabajo, y los agricultores y ganaderos temen por su subsistencia a causa de la baja rentabilidad de sus productos.
España es el país europeo que más hectáreas dedica a la producción ecológica: dos millones. Se trata de un agricultor pequeño -hay unos 44.000- que ha tenido que hacer de pedagogo y que ha predicado bastante en el desierto; que se ha tenido que buscar la vida para colocar sus productos ecológicos en tiendas especializadas, muchas veces fuera de España. Y que se ha ido ganando la confianza del consumidor con el trato directo, en ferias y mercados, o bien a través de Internet; que se ha agrupado en cooperativas, grupos de consumo, huertas urbanas; que ha encontrado su espacio a lo largo de los años.
Y de repente, cuando el consumidor comienza a apreciar las bondades de su producto, ve como los supermercados lanzan una ofensiva generalizada para apropiárselo. Es lo que está ocurriendo con los productos ecológicos.
Pero no solo la agricultura y la ganadería se ven amenazadas.
Las mariscadoras gallegas llevan siglos rastreando las playas en busca de almejas y berberechos. Gracias a ellas sobrevive el marisqueo a pie, un antiquísimo arte de pesca emparedado hoy entre el control biológico y la amenaza de los furtivos.
La España deshabitada tiene su epicentro en la comarca de las Tierras Altas de Soria: dos habitantes por kilómetro cuadrado. Dejar que un pueblo muera, es una pérdida tan grande que debería estar tipificado como un delito contra el patrimonio cultural.
Una España despoblada en la que en la que la imagen del maestro de pueblo un poco nostálgica, que vivía dentro de la escuela, hace tiempo que ya no existe. Los maestros rurales han tenido que adaptarse a la dificultad de enseñar varios cursos a la vez.
Y no solo ellos. Los médicos rurales en España figuran en el último escalón del sistema sanitario. En algunos lugares remotos, de hecho, la cercanía de un profesional sanitario puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
A pesar de la desertificación de los pueblos habría que preguntárse por los beneficios del mundo rural ¿Por qué en algunas comarcas de Ourense se registran los ratios más altos de longevidad del mundo? Triplican el número de centenarios de Japón. ¿Cuál es el secreto de los campesinos ourensanos para vivir más años?: autoconsumo, vivir en armonía con el entorno, ausencia de estrés.