9.00 h.
Stefano, su mujer, Lisa, y sus hijos, Davide, de 5 años, y Jacopo, de 3, a la hora del desayuno. Decidieron documentar su propio encierro y colocaron una cámara junto a la tele. Todos disparan. Incluidos los niños. Este es el resultado.
10.00 h.
Stefano sufre de dolor de espalda. Cada mañana, durante media hora, hace ejercicios específicos para su dolencia. Viven en la Toscana, la región de Italia con la más alta proporción de habitantes en cuidados intensivos por coronavirus.
11.00 h.
Lisa teletrabaja en su estudio de comunicación. Confiesa que ven pocas noticias para no deprimirse. Prefieren escuchar el comunicado que cada tarde da el alcalde de Viareggio, donde viven. «Al menos intenta calmarnos».
12.00 h.
A los niños les encanta pintar mientras escuchan música; sobre todo, bandas sonoras de sus películas de dibujos animados favoritas. Pero a medida que pasan los días, se les hace más pesado estar encerrados.
13.00 h.
Hora del almuerzo. «Hoy Teddy, nuestro oso de peluche, nos acompaña en la mesa. Tenemos pasta con tomate: a los niños les encanta». En esta situación eres más permisivo, dice Stefano. Les preocupa que el aislamiento afecte a los pequeños.
14.00 h.
No se descuida la limpieza. Mantener el orden ayuda en estos momentos tan duros. La familia tiene a dos amigos en cuidados intensivos y el padre de un tercero falleció hace días por el coronavirus.
16.00 h.
Jacopo ha cumplido 3 años durante el confinamiento. Lo celebraron con velas y buenos deseos. Stefano confiesa que le da miedo cómo será la ‘nueva normalidad’ y su futuro laboral. Pero ahora le preocupa más la salud.
17.00 h.
Los niños se disfrazan de superhéroes «para salvar el mundo». Los padres de Stefano viven un piso más abajo y los niños iban a verlos a cada momento. Ahora ya no pueden. Davide, Spiderman, los llama en cualquier caso por teléfono varias veces al día.
18.00 h.
Cocinar se ha convertido en la actividad más importante del día para muchas familias. No solo por alimentarse, sino porque puede ser un juego. Y todos se implican. Jacopo y Davide ayudan a su padre con una pizza Margherita.
19.00 h.
El padre seca el pelo de sus hijos después del baño, mientras estos ven dibujos animados en la televisión. Por su trabajo como antropólogo y fotógrafo, Stefano pasaba mucho tiempo viajando y fuera de casa.
20.00 h.
Puzles antes de dormir. Stefano dice que un día escuchó a Davide contar a su abuela materna (que vive en Alemania) que echaba de menos a sus amigos, pero que estaba feliz de tener a papá y a mamá todo el día. «Te replanteas cosas», dice Stefano.
22.00 h.
Una copa de vino al final del día. Stefano confía en que esto nos haga apreciar la importancia de los seres queridos y que se puede ser feliz con poco. «Pero no sé si ocurrirá. Lamentablemente, aprendemos poco de la historia».
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