Lo llaman ‘La ciudad de los 15 minutos’. Barrios donde todo lo necesario esté a solo unos cuantos pasos andando. La propuesta está recorriendo Europa y ya ha llegado a nosotros. El objetivo: humanizar nuestro entorno. Aunque no lo parezca, estamos más cerca que nunca. Por Daniel Méndez
Un tiesto de flores blancas a la entrada del comercio. Margaritas. Así dieron la bienvenida a la nueva normalidad los pequeños comercios de la localidad asturiana de Pola de Siero. Y cada uno de ellos iba acompañado de un breve mensaje. «¡Gracias por confiar en nosotros!», rezaba uno. «Feliz de verte» o «Volvemos con más ilusión», decían otros. «Elegimos las margaritas porque son sencillas, pero guapas a la vez. Representan un nuevo comienzo y alegría», explica Blanca García, presidenta de la Asociación de Comercio Local de Siero. Habla con XLSemanal desde su mercería en esta localidad asturiana y la conversación se ve interrumpida por la llegada de clientes. Cada uno de ellos es una buena noticia, un impulso más necesario que nunca en esta remontada tras unas largas semanas de parón. Los negocios estuvieron cerrados, pero sus dueños no se quedaron cruzados de brazos. Entre otras iniciativas, hicieron dos vídeos, que dejaban claro que sin las tiendas de barrio las calles de cualquier ciudad quedarían muy tristes.
«No hablamos de reconstrucción porque eso implicaría levantar lo mismo que teníamos, con todos sus defectos. Queremos transformar, y lo local es la clave»
En este arranque, en esta reactivación de la vida normal que ha empezado con el fin del estado de alarma, son numerosas las iniciativas que parten desde lo más cercano. Muchas nacieron en plena crisis y han llegado para quedarse. El cartel en el portal que ofrecía ayuda a los vecinos mayores para llevarles la compra; la tienda de barrio que puso en marcha el servicio de entrega a domicilio, para continuar su actividad, sí, pero también para ayudar a quien tenía miedo de salir de casa…
Oportunidad en lugar de crisis
Un ejemplo lo encontramos en la Sierra Norte de Madrid. Eva Gallego -alcaldesa de Madarcos, el pueblo con menos habitantes de la Comunidad- habló con Daniel Caparrós, exalcalde y coordinador del Grupo de Acción Local Sierra Norte de Madrid. Juntos decidieron que tenían que hacer algo para ayudar. Y terminaron involucrando a cerca de 40 municipios, más de 300 voluntarios coordinados por WhatsApp que con ayuda de máquinas de coser e impresoras 3D elaboraron y distribuyeron equipos de protección individual. Y ese esfuerzo ingente no se ha extinguido con el fin de la crisis sanitaria. «Ahora, ese tejido que hemos construido puede ayudarnos a salir de la crisis. Ha sido el pistoletazo de salida para algo que ha llegado para quedarse». Tomaron iniciativas, por ejemplo, para la venta directa de sus productos.
«La palabra ‘crisis’ está relacionada, en su origen griego, con el término ‘oportunidad’. Y en nuestro caso esto ha servido para poner en marcha muchas iniciativas locales, de solidaridad, de comercio… ¡Nos hemos saltado cuatro o cinco pasos!». Y en marcha siguen.
«Todas las ciudades alrededor del mundo están organizando iniciativas para acordar con la sociedad civil, con los vecinos, la recuperación», explica Emilia Saiz, secretaria general de la Organización Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos, que engloba a más de 240.000 ciudades y regiones de más de 140 países (representando a un 70 por ciento de la población mundial). «Cuando hablo con los alcaldes, las conversaciones son de mucha esperanza. La opción de rendirse, o de catástrofe inminente, simplemente no existe. La pandemia exige distancia física para evitar contactos, sí. Pero ahora necesitamos, más que nunca, proximidad social. Esta cercanía es la que se va a convertir en el modelo futuro de transformación de las ciudades». Y habla de un concepto que está adquiriendo un gran protagonismo: la ciudad de los quince minutos.
Es el urbanista y director científico de la Cátedra ETI en la Universidad de la Sorbona el que ha dado forma a este modelo por el que ya apuestan, entre otras, ciudades como París y Ottawa. Se trata, en definitiva, de una urbe en la que todo lo necesario -colegios, centros de salud, comercios y espacios de ocio.- quedaría a quince minutos a pie de nuestra residencia. Es un concepto cercano al de las ‘supermanzanas’ que ya se experimentan en ciudades españolas como Barcelona, Vitoria o, más recientemente, Madrid.
También Diego Isabel de la Moneda pone el acento en esta transformación. «Nosotros no hablamos de reconstrucción porque eso implicaría levantar lo mismo que ya teníamos, con las desigualdades sociales, la contaminación… Queremos transformar, y lo local es la clave», afirma este empresario palentino reconvertido en innovador social al frente de NESI Global Forum, creado en 2017 y con sede en Málaga. En un manifiesto, que han bautizado como Plan A, explican que «si tú no diseñas el futuro, otros lo harán por ti».
Lo llaman ‘La ciudad de los 15 minutos’. Barrios donde todo lo necesario esté a solo unos cuantos pasos andando. La propuesta está recorriendo Europa y ya ha llegado a nosotros. El objetivo. humanizar nuestro entorno. Aunque no lo parezca, estamos más cerca que nunca.
Te puede interesar
Solidaridad frente al coronavirus: la gente no se quedó atrás