La distancia social ha disparado la movilidad compartida. Las motos se imponen al reducir el efecto medioambiental. Por Daniel Méndez/Foto: Getty Images
• ‘Motosharing’, el transporte de la pandemia
Ya estaban aquí, pero el coronavirus ha dado a los servicios de movilidad compartida un empujón más. Bicicletas eléctricas, motos o coches compartidos… a lo largo de la última década estos nuevos actores han tomado las ciudades, impulsados por las restricciones al tráfico para reducir la contaminación y los atascos.
El transporte es el sector que más CO2 emite. Compartir vehículos mediante el alquiler por minutos reduce ese efecto.
Y la pandemia es otro elemento que ha potenciado este tipo de servicios, sobre todo el alquiler de motocicletas eléctricas por minutos. El distanciamiento social ha llevado a muchos a eludir el uso del transporte público: según un estudio de la consultora Capgemini, un 43 por ciento de los españoles prefiere el uso de automóviles individuales para reducir el riesgo de contagio. Se entiende. Pero si cada uno de ellos abandonase el metro o el autobús para desplazarse únicamente en su coche particular, el impacto sería devastador: más congestión y más emisiones, ya que el tráfico rodado es responsable de una cuarta parte de los gases invernadero. Una alternativa para evitar ese impacto es el uso de vehículos eléctricos y de movilidad compartida.
Cada vehículo compartido equivale a eliminar entre 10 y 15 vehículos contaminantes de circulación
Los vehículos privados pasan aparcados el 80 por ciento de su vida útil. Sin embargo, en los servicios de movilidad compartida el tiempo de espera entre usuario y usuario es muy reducido: de esta manera se calcula que cada vehículo compartido equivale a eliminar entre 10 y 15 vehículos de la circulación. Si sobraban coches –algo que pasa en tantas ciudades–, aquí tenemos una manera de prescindir de unos cuantos. Y, dado que usan energía eléctrica, contaminan todavía menos. Por ejemplo, cada 10.000 kilómetros recorridos por las scooters de Acciona suponen una tonelada menos de CO2 emitida a la atmósfera. En el caso de esta compañía, toda la electricidad que utilizan para las baterías proviene de energía cien por cien renovable. Ahora, además de los cascos y las ‘pilas puestas’, las motos, que pasan un protocolo de higienización diario, vienen también con un kit de desinfección.
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