¿Cómo será el mundo tras la pandemia? Anticiparse y pensar en posibles soluciones para esta crisis social del coronavirus es uno de los objetivos principales que pretende el Instituto para el Futuro (IFTF). Un referente mundial en predicciones que a través de una herramienta pronostica las tendencias globales. Estas son algunas de ellas. Por C. M.Sánchez/Foto: Getty Images

UN INSTITUTO CREADO POR LOS PADRES DE INTERNET

Anticiparse a los acontecimientos para que el mundo sea mejor. Eso pretende el Instituto para el Futuro (IFTF), fundado en 1968 por un grupo de científicos que trabajaba para la Corporación RAND, un laboratorio de ideas de la compañía aeronáutica Douglas para las Fuerzas Armadas, y cuya contribución más notable fue la doctrina de la disuasión nuclear durante la Guerra Fría. Entre los fundadores del IFTF destacan Paul Baran, uno de los padres de Internet, y Roy Amara, que fue de los primeros en alertar sobre el cambio climático. Ya no tiene vinculación con la RAND y sus investigaciones se centran en la sociedad civil y la empresa. Utiliza herramientas como el método Delphi (por el oráculo de Delfos): una técnica predictiva en la que un panel de expertos responde de manera anónima a sucesivos cuestionarios, lo que permite cribar las ideas hasta alcanzar un consenso. El IFTF es conocido mundialmente por sus pronósticos a diez años, que orientan a gobiernos y corporaciones. Ha diseñado una herramienta para imaginar cómo será el mundo después de la pandemia. Se puede descargar en (www.iftf.org). Con ella ya ha detectado más de cien tendencias que podrían transformar la economía, las cadenas de suministro, la política, el tejido social… Estas son algunas:

CUATRO VISIONES DE FUTURO

→ La banca se vuelve saludable

Fitness Bank es un banco norteamericano que vincula los intereses que paga a sus clientes con buenos hábitos de salud, como caminar o correr. Su aplicación móvil no solo permite al usuario consultar el saldo, sino que incorpora un contador de pasos. Si el depositante alcanza una media diaria de 12500 pasos, recibe un 0,65 por ciento de interés por sus ahorros. El interés disminuye cuanto menos ande. ¿Qué pasaría si este tipo de cuentas se generalizan? Gana la banca, pues un estilo de vida saludable se relaciona con una menor morosidad. Y gana el cliente, que tendrá un incentivo extra para cuidarse. Pero los datos de salud también podrían utilizarse para penalizar a personas sedentarias o enfermas, a los que se podría denegar un crédito o encarecer una póliza.

→ Dólares de madera para el consumo local

El Ayuntamiento de Tenino (Washington) decidió imprimir dólares de madera y los distribuyó entre familias necesitadas, que podían comprar con ellos en los comercios locales, muy golpeados por la pandemia. ¿Por qué no repartir las ayudas en billetes de curso legal o cargarlas en una cuenta bancaria, como es lo habitual? Porque así se aseguran de que ese dinero ayuda también a las tiendas del pueblo. Es un ejemplo de mutualismo, aunque no es nuevo. Se practicó durante la Depresión de los años treinta, curiosamente también en Tenino. ¿Qué pasaría si las monedas locales se generalizan como una manera de incentivar el consumo de proximidad?

→ Contra la pandemia, la estrategia del porno

¿Alguna industria se había enfrentado ya a una crisis sanitaria causada por un virus? Pues sí, la del porno. Cuenta The New York Times que en 1998 un actor seropositivo falsificó un certificado sanitario y contagió a varias actrices. Se pararon los rodajes. El cine para adultos vio sus millonarios ingresos peligrar y puso en marcha el programa PASS. Cada catorce días, los artistas deben hacerse una prueba del VIH y otras enfermedades de transmisión sexual. El resultado queda registrado en una base de datos centralizada. Si hay un positivo, se cierra el plató y se hace un rastreo. «Para reactivar la economía, será fundamental la confianza», afirma Ashish Jha, director del Instituto de Salud Global de Harvard.

→ Me quedo con tu cara

Santa Cruz (California) fue una de las primeras ciudades en adoptar un sistema de policía predictiva basado en algoritmos que envían a los agentes a patrullar a los lugares donde es más probable que ocurra un crimen. Y también ha sido la primera en prohibirlo, así como las cámaras de reconocimiento facial. Estas tecnologías están recibiendo muchas críticas porque se prestan a abusos y prejuicios raciales, aunque también han servido para detener a algunos de los asaltantes al Capitolio. Pero el debate se ha ampliado con la pandemia. China ha utilizado la vigilancia masiva mediante cámaras equipadas con inteligencia artificial para blindar barrios y ciudades durante los confinamientos, con evidente éxito. ¿La imitarán otros países?

Te puede interesar

Sociedad y bienestar: seis cosas que trajo la pandemia a nuestra vida… y se quedan

Marina Gorbis: “El impacto de las grandes pandemias puede sentirse durante décadas.

Nuevo XL Semanal
El nuevo XLSemanal

A partir de ahora consulta los nuevos contenidos en la web de tu periódico

Descúbrelos