Los bebés de la esperanza: embarazadas durante el confinamiento
Cuando se cumple un año desde que se decretara el estado de alarma en nuestro país, y tras más de 70.000 fallecidos por coronavirus, entramos en la maternidad de un hospital para hablar de vida y esperanza con diez madres que, allá por mayo, cuando el mundo parecía que se venía abajo, decidieron embarcarse en un sueño: tener un hijo. Por Fátima Uribarri y Fernando Goitia/ Fotografías: Álvaro Ybarra Zavala
Maternidad es la plaza de la alegría. En el resto del hospital hay enfermos, aquí hay mujeres jóvenes y sanas», cuenta Elisa Careaga, supervisora de paritorio y obstetricia del hospital Puerta de Hierro de Madrid. La COVID, que lo ha trastocado todo, no ha impedido que continúen naciendo niños. La cifra que da Unicef es de 116 millones de niños venidos al mundo nueve meses después de que la OMS hablara de pandemia mundial. En España los nuevos padres no se han arredrado, querían tener un hijo y han mantenido sus planes. Han sido valientes: han optado por crear vidas mientras crecían las cifras de muertes.
María Luz Pascual, madre de Miguel: «La pandemia aumentó nuestras ganas de tener un hijo»
Habla el padre, José María, porque ella está dando el pecho. «Estuvimos tres meses sin vernos porque a mí el confinamiento me pilló en Ciudad Real, donde estoy empadronado, y no podía volver a Madrid. Mari Luz se quedó embarazada en nuestro reencuentro, con premeditación y alevosía».Tatiana Ugaz y Hoover Llanos, padres de Dyam Luca: «Tuvimos COVID; no tenemos trabajo ni papeles. Pero todo ha ido bien»
«Perdí a mi bebito a los siete meses de embarazo en diciembre de 2019. Nos quedamos con esa ilusión. Este niño fue programado. Todo se complicó porque el último mes lo pasé con COVID, igual que mi marido y nuestros hijos de 4, 6 y 15 años. Lo pasamos mal porque somos peruanos, estamos indocumentados y no tenemos trabajo. Cáritas y Cruz Roja nos ayudaron. Todo fue bien, gracias a Dios».Nora Herranz y su hijo Mark: «Un virus no iba a impedir nuestro sueño»
«Ya lo teníamos decidido, era nuestro momento de ser padres. No nos coaccionó la pandemia. Bastante nos ha robado a todos ya como para permitir que nos quite la alegría de tener un niño».Esvetlana Manko, madre de David: «La vida es difícil. Mi pareja no tiene trabajo, pero nos queremos. Soy optimista»
«Mi pareja no tiene trabajo, pero nos queremos y decidimos tener un hijo. Para mí es el segundo, tengo una hija de 24 años. Queríamos un niño. Dijimos ‘adelante’. La vida es difícil, pero no nos vamos a morir de hambre. Yo soy muy optimista. Lo que estamos viviendo pasa en todo el mundo, no solo en España, y la vida tiene que seguir adelante. Hay que buscar momentos especiales. Cuando contaba que estaba embarazada, casi todo el mundo me decía que en ese momento era la única buena noticia. Me felicitaban».Sofía Bodas, Alberto Palacios y su hija Valeria: «Por mi edad era ahora o nunca, no podíamos esperar»
«Yo tengo una hija de 6 años. Queríamos formar una familia juntos Alberto y yo. Por mi edad era ahora o nunca, no podíamos esperar. Lo intentamos: ‘si sale, bien; y si no, pues no pasa nada’, pensamos. Se obró el milagro y me quedé embarazada. Te da un poco de miedo porque no sabes qué va a pasar y piensas: ‘¿y si hay que llevar al niño a la UCI…?’. Pero se trataba de echarse adelante y no pensar en mucho más. Al final, la vida está por encima de la muerte, la vida sigue. Y la llegada de un niño es una inyección de motivación».Macarena Navarro, madre de Claudia: «La situación no nos frenó, pero no sabíamos que duraría tanto»
«Ya teníamos pensado tener un bebé. La pandemia no nos frenó, pero tampoco sabíamos que iba a durar tanto. Claudia es nuestra primera hija, nació el 24 de febrero, y por nuestra parte todo el mundo se ha alegrado muchísimo. Para mí ha sido un poco jorobado -cuenta Miguel, su marido- porque no me han dejado entrar ni en la primera ecografía, eso te lo quitan y joroba bastante. Pero no queda más remedio. Y luego he tenido la suerte de que en enero aumentaron las semanas de permiso de paternidad, así que vamos a tener más tiempo sin llevarla a la guardería porque nos vamos a turnar para estar con ella. Hemos tenido mucha suerte».Laura García con su hijo Ian: «Ni somos valientes ni héroes ni nada»
«Llevábamos 5 meses buscando el embarazo, cuando empezó la pandemia. En enero tomamos la decisión de ir a por otro pequeño (yo tengo un hijo de 18 años) y seguimos hasta que di positivo…. de embarazo, claro [se ríe]. La pandemia no cambió nuestra idea. Ni somos valientes ni héroes ni nada. Tenemos trabajo estable, no hemos sufrido ERTE. Pero trabajamos en un hospital y hemos tenido miedo de traer el bicho a casa, claro».Irina Kutnezova y Emanuel Adamo, padres de Luca: «La idea flotaba en el aire, pero el confinamiento nos dio el empujón para tener un tercer hijo»
«Luca es nuestro tercer hijo, nació el 23 de febrero. Nos quedamos embarazados en pleno confinamiento. Ya antes habíamos pensado en tener otro hijo, pero Irina salía a las ocho y volvía a las diez de la noche, yo soy profesor universitario, nunca estábamos en casa. El confinamiento y cambiar la estructura de trabajo nos ha permitido compartir mucho tiempo, aumentar las interacciones. Nos ha puesto a prueba como pareja. La idea ya flotaba en el aire, pero ya tienes dos hijos, de 4 y 5 años… El confinamiento ha sido un empujón. La gente nos decía que estábamos locos, pero hemos dicho ‘vale, adelante’. Ahora, nos hemos dado cuenta de que no entran tres sillas en el coche y tenemos que cambiarlo por uno más grande [se ríe]».Mónica Herranz, madre de Sofía: «No lo buscábamos. Fue un ‘shock’, pero no lo dudamos. Los hijos son un regalo»
«Vivíamos en Houston, en Estados Unidos. Mónica se quedó embarazada durante el confinamiento», cuenta su marido, Luis. «Dudamos entre tenerlo allí o venir, y decidimos volver a España. No estábamos buscando un tercer hijo. Los dos mayores, de 6 y 9 años, sí los planificamos. En cuanto lo supimos, a pesar de las circunstancias complicadas, no nos lo pensamos. Sí que tuvimos un poco de angustia al principio, fue un ‘shock’, pero vemos a nuestros dos hijos como un regalo y lo mismo sería un tercero. La angustia pasa rápido. Los niños siempre traen cosas buenas. Es duro criar a un bebé, sobre todo los primeros meses, pero la alegría supera el cansancio. No sé, es algo difícil de explicar. Si lo piensas mucho, te puede parecer una locura, pero compensa con creces».En nuestro país siguen naciendo niños (unos 360.000 al año, según los últimos datos oficiales), pero con algunos cambios. Las embarazadas acuden solas a las consultas y ecografías y, cuando empiezan las contracciones del parto, tardan más en ir al hospital. «Aguantan más en casa con tal de estar lo menos posible en un hospital. Yo lo entiendo», dice Elisa Careaga, que lleva 44 años atendiendo a parturientas y dándoles la mano. Ahora lo hace ‘vestida de marciana’. «Cuando estás de parto, te agarras de la mano de tu comadrona. Se crea un vínculo muy especial. Ahora es más difícil. Entramos con gafas, mascarilla y un buzo si la mujer es COVID positivo. La muralla de los EPI, quieras que no, afecta», cuenta.
Según Unicef, 116 millones de niños han venido al mundo nueve meses después de que la OMS hablase de pandemia
A las nuevas madres solo las puede acompañar una persona y deben dar a luz con mascarilla. A las48 horas, si todo va bien, se marchan a casa con sus bebés.
Los pasillos de la planta de maternidad ya no son un vergel de macetas y ramos de flores. no está permitido. Tampoco hay visitas, algo que para muchas flamantes madres es una bendición. Pero se respira alegría. «Dos plantas más abajo igual se está muriendo gente, pero esto es vida», explica Elisa Careaga, supervisora de paritorio.