Hacer su ruta jacobea número cien. Ese es el objetivo que se ha marcado Manolo Hernández, de 65 años. Y lo logrará este año si las secuelas que le dejó la COVID y los cierres perimetrales se lo permiten. Las flechas amarillas le cambiaron la vida. Por Raquel Peláez / Fotos: Manolo Hernández
«El Camino te hace mejor persona», asegura el abogado Manolo Hernández, que, tras conseguir su Compostelana número 94 antes de la pandemia, se ha propuesto completar este año las seis que le quedan para llegar al cien. El coronavirus le cayó como una losa en marzo del pasado año y desde entonces arrastra una fibrosis pulmonar que todavía le tiene preocupado. Sin embargo, Manolo aspira a recuperarse y volver a calzarse zapatillas y mochila, porque no es la primera vez que las peregrinaciones le han servido de terapia, física y emocional.
Lleva 24 años peregrinando y, aunque ha recorrido varias rutas con su mujer, sus hijos e incluso sus nietos, prefiere hacerlo solo porque se considera un purista y le gustan las etapas muy exigentes: «No consiento que nadie me lleve la mochila ni me salto un solo metro». Su récord está en once rutas en doce meses.
Con 41 años lo operaron de la rodilla y, como lo suyo nunca fueron los gimnasios, decidió hacer el Camino de Santiago en bicicleta. A la vuelta, su cirujano le confirmó que estaba completamente recuperado y le dio el alta. Aquella fue su primera vez. Ahora, con 65 años y habiendo alcanzado récords como el de recorrer cien kilómetros del tirón a pie en 20 horas, asegura que el Camino te convierte en una persona más comprensiva. «Me olvido del día en el que vivo. Desconecto del mundo y solo presto atención a disfrutar del entorno. Es como ir al psicólogo. Ahora es muy moderno que todos hablen del mindfulness, pero ese concepto ya lo practicaban los peregrinos hacía siglos», bromea.
Te puede interesar
Camino de Santiago, las huellas de los peregrinos
La mochila perfecta para hacer el Camino de Santiago