En un extraño año Xacobeo marcado por la pandemia y con los senderos más solitarios que nunca, los peregrinos del Camino de Santiago hablan de una experiencia extraordinaria. Ellos mismos nos lo cuentan. Texto y fotos: Felipe Romero y Marius Scarlat
LOS CAMINANTES
José Rico, Valladolid, 31 años. 350 Km: 12 días caminando
«Me he quedado sin trabajo, pero si te encierras en casa te deprimes, el Camino me ha ayudado mucho»
José Rico. 350 Km: 12 días caminando.
«Es la primera vez que hago el Camino de Santiago y ha sido mucho mejor de lo que me esperaba. Es una experiencia única que hay que vivir. Durante los días que estás caminando, logras desconectar de todo lo que está pasando en el mundo, te encuentras con la naturaleza y, lo que es más, te reencuentras contigo mismo. A mí la pandemia me ha afectado de lleno. La COVID me ha dejado sin trabajo, pero si te quedas en casa te hundes, te deprimes.
El Camino me ha ayudado mucho a no caer en eso. La pandemia no es ninguna tontería, pero tampoco es un impedimento para todo: si tomas las debidas precauciones, se puede hacer perfectamente esta ruta.
Como dice la canción de Leyva, hay que vivir la vida como si fuéramos a morir mañana. Si realmente lo quieres hacer, tienes que lanzarte a hacerlo, es una experiencia muy reconfortante, a pesar de la situación que vivimos».
Toni Privat, Barcelona, 56 años. 1020 Km: 42 días caminando
«Dan ganas de abrazar a la gente, pero, claro, tienes que abstenerte»
Toni Privat. 1020 Km: 42 días caminando.
«A pesar de la crisis sanitaria, ya tenía decidido hacer el Camino… Soy el peregrino número 5 del día de hoy, cuando en un escenario normalizado hay 900 o 1000 al día. Doy gracias porque tengo salud, estoy bien y he podido llegar a Santiago.
Las medidas sanitarias se cumplen con rigor: mascarilla, distanciamiento… La experiencia hace que sientas a la gente muy próxima, sientes ganas de abrazar a las personas, darles un achuchón, pero, claro, tienes que abstenerte… En ningún momento tuve la sensación de estar en peligro».
Gianna Campanella, Colombia, 33 años. 800 Km: 39 días caminando
«El virus no puede parar tus sueños: el recuerdo de hacer el camino es para siempre»
Gianna Campanella. 800 Km: 39 días caminando
«La experiencia del Camino este año ha sido única, hay menos peregrinos. Lo hice por motivos personales, necesitaba salir: he sufrido violencia de género y el Camino es una posibilidad de reflexionar, me ha dado confianza en mí misma.
El coronavirus ha hecho que el Camino vuelva mil años atrás, tienes dificultades para encontrar alojamiento, por momentos te sientes solo… Pero el virus no puede bloquear tus sueños, los recuerdos duran para siempre, pero los sueños se desvanecen con el tiempo».
José María Batlle, Lleida, 66 años. 800 Km: 45 días caminando
«Hago el camino en tiempos de COVID porque es respirar, es celebrar que tenemos salud»
José María Batlle, 800 Km: 45 días caminando.
«El Camino tiene magia. Para mí es una forma de apreciar lo que tenemos, porque no lo sabemos hasta que lo perdemos. Para vivir, no hacen falta tantas cosas. Con poca cosa también eres feliz.
Hago el Camino de Santiago en tiempos de COVID porque es respirar, es vivir… significa que tenemos salud. Si andas 30 kilómetros diarios, quiere decir que estás bien física y mentalmente.
En el Camino no te vas a contagiar, las distancias las guardamos de sobra… los albergues cumplen con todas las medidas de seguridad, he hecho el Camino muchas veces y me he sentido muy seguro… Conocerás a mucha gente, lo más importante es compartir, al cabo de tres días compartes con alguien como si fuera tu amigo de toda la vida».
Fred Bullen, Reino Unido, 20 años. 1110 Km: 54 días caminando
«Ha sido la manera perfecta de quitarme de encima toda la frustración».
Fred Bullen. 1110 Km: 54 días caminando.
«Para hacer el Camino de Santiago, siempre hay razones personales. En mi caso, terminé la relación con mi pareja y necesitaba pensar. Yo había oído muchas cosas del Camino, pero todas se quedan cortas, ha sido maravilloso. Hice el Camino Primitivo y partes de otros caminos. Ha sido difícil, pero llegar a Santiago es liberador.
Algunas veces te sientes solo porque no hay nadie, y en un mundo globalizado eso es una sensación extraña… ha sido una experiencia única. La gente ha sido maravillosa, me han acogido sin ningún problema, con mascarilla, respetando las distancias de seguridad… Nunca me sentí en riesgo ni tampoco sentí que yo fuese un factor de riesgo. He pasado semanas enteras sin ver más que a diez personas, me siento más seguro en el Camino que en casa (en el Reino Unido).
Ha sido la manera perfecta de quitarme de encima toda la frustración».
Jiri Janiga, República Checa, 38 años. 800 Km: 30 días caminando
«El Camino de Santiago es mágico y tiene un peso histórico único»
Jiri Janiga. 800 Km: 30 días caminando
«Este año dejé mi trabajo a causa de la COVID, necesitaba limpiar mi cabeza. El Camino es un reto. Mis amigos me preguntaban por qué el Camino de Santiago si en República Checa también hay senderos nacionales. Pero el Camino de Santiago es mágico, tiene peso histórico y es un sendero espiritual.
Por la COVID hay obstáculos añadidos, pero no mayores que los que había hace 50 años. Nunca pensé en cambiar mis planes por la pandemia».
Elisenda Guedes, Barcelona, 55 años. 1000 Km: 42 caminando
«Hago el camino porque es entrar en comunión con la humanidad»
Elisenda Guedes. 1000 Km: 42 caminando.
«El Camino de Santiago debe hacerse saliendo desde tu propia casa, siguiendo tu propio camino. A pesar de la situación, somos unos privilegiados porque hemos podido caminar y la gente ha sido muy amable. Lo hago en este momento porque creo que en este tiempo es muy importante entrar en comunión con la humanidad; hace más de mil años que hay personas haciendo el Camino. Ahora más que nunca debemos estar unidos, coincidir con el otro».
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