El flujo de haitianos hacia EE.UU. se dispara. Atraídos por falsos rumores y engaños, ignoran que una vez allí serán deportados a su país, donde, dicen, ya no queda nada. Por Fernando Goitia / Foto: Gtres

No hay nada a lo que volver». Repiten la frase, terrible, los haitianos que protagonizan estos días la última crisis en la frontera de México y EE.UU. Su país –asonadas y desastres sin fin desde 1804, su independencia– es, «más que un Estado fallido, uno inexistente», según un politólogo local. En 2021, por ejemplo, ha vivido un magnicidio, un huracán y un seísmo, más la crónica pobreza o el dominio urbano de las bandas juveniles. No extraña, pues, que el flujo de haitianos en fuga se haya disparado: 28.000 han sido interceptados este año en la frontera de EE.UU., 14 veces más que en 2019. Llegan atraídos por falsos rumores de visas humanitarias o noticias como la prórroga de la residencia para 150.000 haitianos que ya vivían en EE.UU., un gesto de Biden que muchos leyeron como una invitación para migrar. Y no solo desde Haití.

En 2021, Haití ha vivido un magnicidio, un terremoto y un huracán

La mayoría de los 15.000 haitianos bloqueados hace días bajo un puente en Del Río (Texas) llegaba de Brasil o Chile, donde llevaban años viviendo de forma precaria. Al saber que el Gobierno norteamericano los iba a enviar de regreso a Haití por avión, escaparon raudos hacia México. Mejor la precariedad en ese país, Chile o Brasil que Haití. Porque allí, ya lo saben, «no hay nada a lo que volver».

Foto apertura: un hombre y su hija cruzan el río Grande de regreso hacia México tras intentar entrar en EE.UU. Atraídos por falsos rumores de visas humanitarias para haitianos, muchos llegan desde Chile o Brasil, donde vivían desde hace años. Una vez en EE.UU., sin embargo, corren el riesgo de ser deportados a Haití.

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