¿Por qué cuestan más los productos biológicos?
Conocer la procedencia y la calidad de los alimentos que consumimos, tener conciencia ecológica garantizando una producción sostenible y respetuosa con el medio ambiente, apoyar a los productores locales… Los motivos que encarecen una cesta de la compra BIO están más que justificados.
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Primero fue el debate, ya agotado, sobre las ventajas reales de los productos ecológicos, algo que muchos veían como una moda más que una necesidad. Pero sus beneficios para lograr una alimentación ética y saludable parecen demostrados y son complicados de rebatir: los alimentos BIO no han sido tratados con productos químicos, respetan los ciclos naturales de cultivo, se obtienen de forma respetuosa con el entorno y en su producción se ahorra en recursos naturales y se reduce el riesgo de contaminación. Además, lo cosechado contiene más nutrientes –aumentando la presencia de vitaminas, minerales y antioxidantes– y ofrece una oportunidad de supervivencia a los productores locales. Pero una vez asumidas esas ventajas, la posible controversia llega con el precio de la cesta de la compra.
La producción de estos productos requiere más trabajo e inversión y, al realizarse, a pequeña escala no se pueden conseguir precios tan competitivos.
¿Por qué cuestan más los productos BIO? Claro está que por la trazabilidad –controlar cada fase del proceso de elaboración del producto desde las materias primas o el campo (en el caso de frutas) garantizando la seguridad alimentaria y el origen– ha de pagarse un peaje. La producción de este tipo de productos –basada en métodos tradicionales– requiere más trabajo e inversión para conseguir el mismo resultado que se obtiene usando antibióticos, pesticidas o fertilizantes, lo que aumenta el coste final. Al mismo tiempo, suelen obtenerse a más baja escala y los procesos de producción en ocasiones son más largos, por lo que no se pueden conseguir precios tan competitivos.
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Sin embargo, en lo que a sostenibilidad se refiere, salen rentables. Según un informe de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación) los alimentos convencionales son más caros, pues por cada euro acarrean un gasto de otro euro en conflictos medioambientales y otro en problemas de salud. “Son gastos indirectos que nos pasarán factura”, concluyen sus expertos.
Así, es necesario que el consumidor de productos ecológicos aprenda a comprar para no perder calidad ni garantías pero sin que sea a costa de maltratar su bolsillo. Iniciativas como las de Carrefour, que lleva más de 15 años trabajando con alimentos BIO y ha decidido dejar de trabajar con 100 aditivos controvertidos, es un buen ejemplo. Su compromiso Act For Food, con el que la empresa quiere garantizar la sostenibilidad y trazabilidad de sus productos, pueden marcar este nuevo camino que lleva nuestra comida del origen a la mesa. En su afán por democratizar la alimentación orgánica y potenciar la alimentación saludable, la cadena ha decidido rebajar los precios mediante el descuento del IVA en los productos frescos BIO para los socios de El Club Carrefour*. Además, han duplicado su surtido de productos biológicos en menos de dos años para satisfacer la demanda de este nuevo estilo de vida.
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Bajo la filosofía Carrefour Calidad y Origen ofrecen productos frescos diferenciadores y apoyan a los productores locales mediante acuerdos a largo plazo. Así podemos comer tranquilos sabiendo que las patatas que consumimos son producidas por una empresa familiar de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), recolectadas a mano y de una única variedad, o que los huevos camperos que tanto nos gustan son producidos por la granja zaragozana Virgen del Rosario y proceden de gallinas, con acceso al aire libre, que se alimentan exclusivamente de cereales cultivados en sus campos. Y es que, realmente, saber de dónde viene lo que comes no tiene precio.
* Descuento directo aplicable presentando tu Tarjeta Carrefour +65, Superfamilia o Joven; o acumulable en tu Chequeahorro para el resto de socios de El Club Carrefour.