La pandemia de la Covid-19 relegó al cambio climático a un segundo lugar en la agenda mundial el año pasado, pero si algo ha demostrado es nuestra fragilidad como especie y que es urgente conservar la salud del planeta y de sus habitantes. Sobre todo si se observa cómo durante los confinamientos del pasado mes de abril las emisiones mundiales de CO2 de origen fósil bajaron un 17% respecto a 2019, una dato sin precedentes. Sin embargo, según un informe de United in Science 2020, con la recuperación de actividad se volvieron a los niveles previos a la pandemia. Por eso, la lucha contra el cambio climático ya no se puede posponer más y debe ocupar un lugar predominante en la agenda de este 2021.
Los datos hablan por sí solos. La temperatura del planeta ha aumentado un grado desde finales del siglo XIX y la previsión es que siga haciéndolo en, al menos, 1,5 grados más entre 2030 y 2050 y hasta los 4 grados en 2100, según las estimaciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). En España, la Agencia Española de Meteorología (AEMET) estima que a finales del siglo XXI la temperatura subirá entre 3 y 5 grados (llegando a un aumento de 5-7 grados en verano). El incremento de CO2 en la atmósfera ha pasado 338 ppmv (partes por millón en volumen) en 1980 a 415 ppmv, según la última medición de la NASA. De hecho, el nivel de CO2 ha crecido un 47% en los últimos 170 años. El grosor de la capa de hielo del Ártico cae un 130% cada década y el nivel del mar sube 3,3 mm anuales. Estos son solo algunas cifras que dejan claro por qué la crisis climática es acuciante y necesita medidas urgentes para ponerle freno, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y hacer del planeta un lugar más habitable.
Y en esa lucha, ciudadanos, instituciones y empresas son fundamentales para transitar hacia una economía sostenible. En este sentido, empresas como Coca-Cola llevan años trabajando para poner la sostenibilidad en el centro de su acción. Uno de sus programas más ambiciosos está relacionado con la reducción de las emisiones de carbono, principales responsables del calentamiento global, procedentes de su actividad. Desde 2010 ha conseguido rebajar un 30,5% las emisiones en toda su cadena de valor en Europa Occidental.

Pero su compromiso va mucho más allá y se ha propuesto que disminuir las emisiones un 30% para 2030 (respecto a 2019) y alcanzar la neutralidad de carbono en 2040. Para cumplir este objetivo -que se enmarca dentro de la línea de los Acuerdos de París, que fijaron limitar el aumento de la temperatura mundial a 1,5 grados-, Coca-Cola va a invertir 250 millones de euros en los próximos tres años que irán destinados a disminuir las emisiones en cinco áreas: envases, ingredientes, operaciones, transportes y equipos de frío. Es decir, la compañía no solo se compromete a reducir las emisiones directas generadas por sus fábricas y oficinas, sino también las indirectas relacionadas, por ejemplo, con sus proveedores a la hora extraer materiales primas o con las actividades de logística y transporte. De hecho, el grueso de las emisiones de la compañía proviene de sus proveedores, a los que también va a apoyar para que fijen sus propias metas de reducción de emisiones y utilicen electricidad 100% renovable.
"Nuestra visión siempre ha sido ofrecer productos elaborados de manera sostenible, pero hoy reconocemos una mayor urgencia de abordar el cambio climático. Por esta razón hemos desarrollado un ambicioso plan para reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero que, con objetivos de reducción de emisión de carbono avalados científicamente, respalde nuestra ambición y trace el avance de nuestras acciones", afirma el CEO de Coca-Cola European Partners (CCEP), Damian Gammell.
I
Renovable y sostenible, las dos palabras del presente
Usar fuentes de energía renovables y sostenibles se impone como una de las armas más eficaces para luchar contra el cambio climático. Por ello, Coca-Cola en España continúa apostando para que sus fábricas estén libres de energía fósil. De hecho, toda la electricidad que utiliza en sus plantas en nuestro país y en su sede en Madrid proviene de fuentes renovables y, en algunos casos, parte de la energía se obtiene de paneles solares.
También es fundamental, junto a la eficiencia energética, el uso racional de otro de los bienes más preciados del planeta: el agua. Para ello, todas las plantas de Coca-Cola en nuestro país cuentan con planes de protección de las fuentes de agua y devuelven cada año el agua que contienen sus bebidas a través de proyectos en zonas de gran valor ecológico. El objetivo es reducir un 20% el uso del agua en el proceso de fabricación con respecto a 2010.

La racionalización del uso del plástico es otro de los grandes retos medioambientales del planeta. Solo cada año terminan en los mares y océanos alrededor de 13 millones de toneladas de plástico, lo que equivaldría a descargar un camión de basura por segundo según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA. Por eso, dentro de su estrategia de sostenibidad, Coca-Cola en España tiene previsto que todos los envases de sus bebidas sin gas sean de plástico 100% reciclado (rPET) a finales de 2021, mientras que el resto tendrán un 50%. En cuanto a las latas y las botellas de plástico y vidrio, la compañía sigue aligerándolas, lo que ya permite ahorrar cerca de 22.000 toneladas de material virgen, e innovando en la creación de envases rellenables y dispensadores. Así, el 27% de los envases de Coca-Cola en España son rellenables y nuestro país ha sido elegido para probar el sistema de dispensado para bares y restaurantes desarrollado por ITS (Innovative Tap Solution). Además, su meta para 2025 es recoger y reciclar el 100% de los envases que comercialice. Actualmente, el 99,6% de los envases de Coca-Cola en España son reciclables.
Otro de los puntos de acción donde la empresa ha puesto el foco es en los equipos de frío para que sean más eficientes energéticamente y menos contaminantes. Las máquinas dispensadoras de sus bebidas, por ejemplo, solo mantienen los productos fríos cuando prevé que se van a consumir, mientras que los almacenes automatizados permiten guardar más producto en un solo lugar, reduciendo en ambos casos la huella ambiental.

Los medios de transporte provocan una cuarta parte del total de emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión Europea.

Coca-Cola en España utiliza camiones Euro VI, más ecológicos, y tendrá una parte de su flota híbrida este año.
II
Movilidad verde, eficiente y sostenible
El transporte es otro de los principales culpables del cambio climático debido a sus altas emisiones de gases de efecto invernadero y su efecto en la contaminación del aire y acústica. Solo las emisiones provocada por los medios de transporte representan una cuarta parte del total de emisiones de la Unión Europea y, de ellas, coches, furgonetas, camiones y autobuses producen más del 70% del total de emisiones de gases de efecto invernadero.
Por eso, eficiencia y sostenibilidad son, de nuevo, los dos conceptos que deben impulsar una movilidad verde. En este sentido, Coca-Cola ya emplea sus camiones Euro VI, mucho más ecológicos, y una parte de su flota de vehículos comerciales será híbrida este año. Además, la compañía se ha comprometido a utilizar el tren para transportar sus bebidas siempre que sea posible.

La crisis del coronavirus ha hecho al mundo abrir los ojos, sentir que somos vulnerables y comprender que la salud del planeta es la nuestra.
Todos estos compromisos, enmarcados dentro del plan Avanzamos de sostenibilidad, se suman a la presencia de Coca-Cola en la Cumbre del Clima, a su participación en la Alianza Europea para una Recuperación Verde, promovida desde el Europarlamento, o Recover Better, impulsada por el Pacto Mundial de la ONU. De igual modo, y consciente de lo que ha sufrido un sector como el de la hostelería a causa de la pandemia, la compañía ha puesto en marcha iniciativas como Hostelería #PorElClima, una plataforma para apoyar al sector en su transición hacia una economía baja en carbono.
La crisis del coronavirus ha hecho al mundo abrir los ojos, sentir que somos vulnerables y comprender que la salud del planeta es la nuestra. Por eso, el objetivo es más que nunca es ser, ciudadanos, gobiernos y empresas, sostenibles para impulsar por fin una recuperación verde.
Objetivo 2021: luchar contra el cambio climático
La pandemia nos ha enseñado que la recuperación será verde o no será. Empresas como Coca-Cola en España se comprometen en la lucha contra el calentamiento global para neutralizar su huella de carbono en 2040 y hacer más sostenible su cadena de valor
