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FUNDACIÓN MAPFRE

Big Data y conducción: ha llegado la hora de utilizar los datos para mejorar la seguridad y la sostenibilidad

El tratamiento de los datos registrados por los vehículos de hoy en día puede contribuir de manera decisiva a que la movilidad sea más moderna, más segura y sostenible

Juanjo Villalba

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El 100% de los vehículos con menos de cinco años estarán conectados en 2030, según las previsiones de la Dirección General de Tráfico. Cada vez nos acercamos más a esta cifra, ya sea a través de los propios sistemas de captura de datos de los vehículos o mediante otro tipo de aplicaciones. A través de ellas, es posible obtener información muy valiosa sobre aspectos como la distancia recorrida, la duración de los desplazamientos, su velocidad, aceleración, frenadas, etc. En definitiva, datos clave para la seguridad de la conducción a los que no se les está sacando todo el partido que se debería.

Expertos de la Fundación MAPFRE reconocen que deberíamos estar ya aprovechando toda esa valiosa información para mejorar la seguridad vial en nuestras carreteras. El tratamiento masivo de los datos generados por los vehículos conectados nos permitirá localizar los puntos negros donde se producen frenadas más bruscas o se suele superar la velocidad permitida, para planificar acciones de concienciación, reforzar la señalización o eliminar obstáculos a la visión en base a ellos.

El vehículo conectado es una herramienta potente para mejorar la seguridad vial

Pero quizá lo más interesante en este sentido es que además, el análisis de datos masivo en tiempo real, combinado con los datos históricos, permitirá prever qué es lo que va a suceder en una determinada vía en un futuro cercano. Por ejemplo, las probabilidades que hay de que se forme un atasco a una determinada hora del día o, incluso, las posibilidades de que haya un incidente.

Los datos también nos harán mejores conductores: conocer los comportamientos que podemos mejorar de nuestra conducción nos convertirá en automovilistas más ecoeficientes y seguros. La oportunidad de mejora también alcanza a la economía y a la sostenibilidad. La inteligencia artificial aplicada a la mejora de la conducción eficiente ayudará a reducir el consumo y la dependencia energética y a conseguir una movilidad con menor impacto ambiental y más sostenible.

El estar conectados, permitirá a los automóviles contar con sistemas de inteligencia artificial que aprenderán de las diferentes situaciones con las que se vayan encontrando en la conducción, abriendo así el camino para la llegada de los coches autónomos. Algo que no está tan lejano de suceder. Según Jorge Ordás, subdirector general de movilidad y tecnología de la DGT, se prevé que a finales de 2023 el gobierno tenga lista la regulación necesaria para que coches con un elevado nivel de autonomía puedan circular por España.

La oportunidad de mejora también alcanza a la economía y a la sostenibilidad. La inteligencia artificial aplicada a la mejora de la conducción eficiente ayudará a reducir el consumo y la dependencia energética y a conseguir una movilidad con menor impacto ambiental y más sostenible.

Desde Fundación MAPFRE están convencidos de que el vehículo conectado es una de las herramientas más potentes para mejorar la seguridad vial, por ello creen necesario crear programas piloto en los que los conductores puedan comprobar la utilidad de esa información, contribuyendo a su propio bienestar, pero indirectamente al de toda la sociedad.