Lujo bohemio
Saint-Tropez, el epicentro del turismo más glamuroso de la Costa Azul, acoge esta magnífica villa que mezcla sofisticación, espíritu ‘boho’ y chic francés. Por Ana Cardinale / Fotografía: Francis Armiand
Desde que la afluencia de artistas de la nouvelle vague convirtiera el antiguo puerto pesquero de Saint-Tropez en el destino chic por excelencia en los años cincuenta, son muchos los famosos que han pisado sus calles. Desde Brigitte Bardot hasta Mick Jagger, pasando por Picasso o Jean Paul Sastre, han viajado a esta localidad en busca de la autenticidad provenzal. Y es justo allí donde la arquitecta de interiores y diseñadora francesa Stéphanie Coutas ha llevado a cabo uno de sus últimos proyectos. una vivienda que combina arte, diseño y elegancia bohemia.
Este magnífico refugio, proyectado para disfrutarlo al máximo, está rodeado de naturaleza y ofrece una vista espectacular hacia el golfo. Sus propietarios, una pareja con hijos, compraron la casa con su arquitectura original, que databa de los años sesenta, y confiaron en Coutas para reformarla. La diseñadora, que terminó proyectándola casi de cero, tuvo total libertad para elegir la distribución, los materiales y los colores. claros por dentro y una interpretación contemporánea del característico acabado de estuco de la región por fuera. «En este proyecto le he dado mucha importancia a las texturas y al tacto», cuenta la arquitecta. Con un gran salón, comedor, cocina, cinco habitaciones y casi 500 metros cuadrados, la casa es un regalo para los sentidos. Se distinguen la nobleza de los materiales, como el mármol y la madera exótica; el prestigio de los muebles, muchos de ellos hechos a medida, algunos con un peculiar punto de extravagancia; así como la calidad extrema y la originalidad de los acabados.
Con vistas al mediterráneo
Toda la casa está construida sobre paredes sólidas que se abren al exterior a través de grandes ventanales y puertas correderas. «Es una mezcla perfecta entre sofisticación y espíritu relajado», comenta Stéphanie Coutas.
Desde la calle se atraviesa un pequeño jardín y se accede a una entrada que comunica directamente con el gran salón. Ideada para integrarse con las vistas y para no perderse ninguna perspectiva del Mediterráneo, la casa ofrece una sensación de continuidad con la naturaleza gracias a una galería semicubierta que recorre toda la vivienda. Como buena villa de verano en Saint-Tropez, la mansión está concebida para aprovechar al máximo el contacto con la naturaleza; y todas las habitaciones se proyectaron con salida directa al jardín, que cuenta con una piscina que domina las vistas sobre el mar.