Stéphane Rolland, el modisto de la jequesa de Catar y de Lady Gaga

Representa la nueva generación de la alta costura parisina. Ha conquistado a las nuevas estrellas de la alfombra roja y a las damas más ricas del planeta, las esposas de los jeques árabes. Por Elena Castelló

Es uno de los más jóvenes miembros del club parisino de la Alta Costura, desde que creó su marca en 2007.  Pertenece a una nueva generación que tuvo la ocasión de beber de los maestros, pero en su madurez ha impulsado un estilo más libre y colorista.

«Lady Gaga y yo no tenemos nada en común. Quizá por eso nuestra colaboración sea interesante. Es divertido vestirla, aunque me rechinen ciertas fotos»

Sin embargo, sus diseños conservan lo que define precisamente a un verdadero modisto: refinamiento, fantasía, arquitectura y tejidos de gran riqueza que han entusiasmado a mujeres de todas las edades. «La alta costura es el emblema de un saber hacer y de una cultura muy parisinos», explica. Con solo 21 años se convirtió en el director creativo de la línea de hombre de Balenciaga. A los 24 era el director artístico de Jean-Louis Scherrer, el modisto más joven de la Avenue Montaigne. Sus clientas son rusas, ucranianas, chinas, árabes y norteamericanas que adoran la exclusividad por encima de todo. Entre las más destacadas, la jequesa de Catar, Sheikha Mozah, emblema de una cierta modernización abierta a la estética y el lujo occidentales, que ha hecho célebres sus vestidos túnica en satén.

En la alfombra roja de los Óscar han lucido modelos ‘Stephane Rolland’ la española Paz Vega y la top model Petra Nemcova.

XlSemanal: ¿Qué es la alta costura hoy en día?

Stephen Rolland: ¡Es un mundo tan especial! Entrar a formar parte de él fue para mí como entrar en una religión. Es una filosofía y un modo de vida, es el emblema de un saber hacer y de una cultura muy parisinos. También es algo íntimo, la historia entre el modisto y su clienta, la historia de un vestido único que se refleja en la mujer que lo lleva.

XL. ¿Qué fue lo que más le influyó de su época en Balenciaga?

S.R. Me permitió entender la esencia de una cierta elegancia, de lo que es verdaderamente moderno e intemporal. Monsieur Balenciaga era un auténtico arquitecto. Conservo en mi retina la pureza de sus líneas, la sensualidad de sus formas redondeadas, el rigor casi religioso típico de España, mezclado con el resplandor y la austeridad de Goya.

XL. ¿Qué otros modistos, aparte de Balenciaga, le han inspirado en sus creaciones?

S.R. Yves Saint Laurent. Esa fuerza y esa fragilidad, la imagen de un París artístico, rebelde y elitista. Pienso que es el único que consiguió hacer soñar a las mujeres y a la vez darles una sensación de poder. También Pierre Cardin. Fue un artista adelantado a su tiempo, y un gran emprendedor, que todavía hoy es dueño de su marca. Lo admiro mucho.

XL. ¿Podemos hablar de una ‘mujer Stéphane Rolland’?

S.R. Sí, por supuesto. Es decidida, amante de la estética, un poco artista. Latina, pero al tiempo muy parisina. Es bohemia y no tiene fronteras. Se siente atraída por todo lo que la puede hacer distinta. Todas estas facetas, que buscan el contraste, se traducen en cortes estructurados, como en mis esmóquines o mis vestidos-túnica largos, pero también en cortes flexibles, fluidos y redondos, como los de mis vestidos-capa.

XL. ¿Sus clientas, las mujeres reales, qué tienen en común?

S.R. Desde hace unos años he notado que tienen mucho más en común que antes, sean americanas, árabes, chinas o rusas. Tienen un modo de vida internacional, viajan y todas desempeñan un papel social importante, junto con su marido. Se trate de una alteza real, una empresaria o una celebrity, mi función es favorecer y sublimar su personalidad, con cortes puros pero elaborados y muy gráficos, pero sin florituras ni exageraciones.

XL. ¿Y sus clientas de Oriente Medio? ¿Muestran gustos especiales?

S.R. La mayoría son extremadamente refinadas y seductoras, y muy sensuales. En un diseño de Stéphane Rolland buscan la diferencia, aquello que va a convertirlas en el centro de todas las miradas de una velada. Les gusta una imagen pura y al mismo tiempo sofisticada, pero muy equilibrada, que se puede encontrar en mis ‘vestidos-escultura’. Las escucho atentamente, entiendo su personalidad y nos entendemos muy bien.

«Sean americanas o árabes… casi todas mis clientas comparten un modo de vida internacional y desempeñan un papel importante, junto con su marido»

XL. ¿Debe adaptar elementos de su estilo cuando trabaja, por ejemplo, para la primera dama de Catar o para las mujeres de otras familias reales del Golfo?

S.R. Nunca cambio mi estilo, pero estoy abierto a todas las transformaciones: alargar un vestido o una manga, cambiar un color o un tejido son solicitudes normales y frecuentes. Por supuesto, diseño vestidos exclusivos para algunos eventos excepcionales, como una boda real, una proclamación, una coronación, una entrega de premios… Pero tengo que confesar humildemente que los vestidos que me encargan suelen parecerse, en un 85 por ciento, a los de mis desfiles.

XL. Lady Gaga también es una admiradora de su trabajo…

S.R. Lady Gaga y yo no tenemos nada en común en cuanto a nuestro estilo, y quizá es precisamente esta diferencia la que hace que nuestra colaboración sea única, imprevisible e interesante. Reconozco que es divertido vestirla, aunque me han rechinado los dientes al contemplar algunas fotos… Pero Lady Gaga es como es, indomable y, seguramente, incontrolable.

XL. ¿Qué españolas visten sus diseños? ¿Puede darnos algunos nombres?

S.R. ¡Por supuesto que no! Nunca desvelo los nombres de mis clientes, excepto en algunos casos en que su fama es mundial, y siempre con su permiso. La discreción es una regla de oro en este oficio.

«A las mujeres árabes les gusta una imagen pura y al mismo tiempo muy sofisticada que pueden encontrar en mis ‘vestidos-escultura’. Las entiendo muy bien»

XL. ¿Qué lo orientó hacia la moda cuando era un niño?

S.R. Hice mi primer diseño a los cuatro años, sin saber que ser modisto podía ser una profesión. Mi abuela Jacky Rolland era la imagen perfecta de la parisina, siempre con su petite robe noire, sus gigantescos collares de perlas, y un cigarrillo en la boca… Su presencia me fascinaba. Y mi madre, una mujer compleja, al tiempo una niña y una empresaria, una madre y una seductora. Ambas fueron determinantes en mi lenguaje estético.

XL. ¿Cuáles diría que son sus fuentes de inspiración en la actualidad?

S.R. El arte moderno, la escultura. Me interesa mucho el trabajo de Zaha Hadid, Ron Arad o Anish Kapoor. También la colaboración con ciertos artesanos. He adornado mis vestidos, por ejemplo, con vidrio soplado relleno de oro, he mezclado oro con resina para imprimirla sobre seda, he utilizado laca sobre gazar…

XL. ¿Por qué lanza en estos momentos una colección de ‘prêt-á-porter’?

S.R. Quise empezar mi carrera dedicándome a la alta costura, para dejar muy claro el ADN de mi marca. El origen es esencial para entender la imagen. Ahora ya estoy preparado para dirigirme a un número mayor de mujeres, para democratizar la marca manteniendo la excelencia en la confección. Estará acompañado de una línea de bolsos, zapatos, joyería y perfumes en series limitadas. n

Precoz.

Rolland tiene 45 años. Creció en una familia acomodada de aficiones artísticas. Vivió parte de su infancia en Argentina y las Antillas y estudió en la Cámara Sindical de la Costura Parisina. La Maison Balenciaga fue la primera en fijarse en su talento y lo fichó con solo 20 años. A la derecha, la jequesa de Catar, la Ava Gardner de Oriente , según Rolland, con uno de sus diseños.ü

Estilo.

Su primer desfile tuvo lugar en enero de 2008, en el Palais de Tokio. En su taller trabajan una veintena de petites mains, las experimentadas costureras que cosen los vestidos. Sus prendas rondan, como mínimo, los 30.000 euros.

Así son las chicas Rolland

Gaga, de lady Me gustó mucho cómo transmitió su personalidad a esta tradicional petite robe noire, su manera de reinterpretar el chic parisino .

Yasmine, la dama Es delicada y, al mismo tiempo, muy divertida. Le hicimos este vestido a medida en un crepé de seda con la hombrera asimétrica. Es una dama .

Rihanna la griega Con este vestido plisado y pintado a mano, parece una versión moderna y sexy de la Victoria de Samotracia. Estaba escultural .

Joan, todo al rojo Es un icono del glamour. Conocerla fue un sueño hecho realidad. Siempre elijo el rojo para ella. Un vestido de estrella para una estrella .ü

Rania, una diosa Diseñé este vestido en crepé de seda para una visita a Italia. Quería reflejar el espíritu de una reina de Oriente y el de una diosa romana .ü

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