Actriz y diseñadora, Katie Holmes se ha lanzado al mundo de la cosmética creando una colección exclusiva junto con Bobbi Brown. Hablamos con ella sobre su concepto de la belleza y su nuevo estilo de vida. Por Raquel Medina
Cada día más alejada de la imagen de ‘pequeña niña grande’ que le ha acompañado durante toda su vida, Katie Holmes se ha animado, por fin, a mostrar cuál es su auténtica forma de ser y cómo le gusta vivir la vida. A punto de cumplir 35 años, la ex de Tom Cruise no solo ha dado un nuevo impulso a su carrera profesional -está rodando una nueva película, Manila days, dirigida por Spike Lee-, sino que ha ido un paso más en su faceta de creadora de tendencias; un camino que inició hace cuatro años con el lanzamiento de su propia línea de moda, Holmes & Yang. Su último reto ha sido diseñar un completo kit de maquillaje, en edición limitada, de la mano de Bobbi Brown, con quien colabora también como imagen de sus campañas de comunicación.
Vive en un mundo de glamour, lo que considera «emocionante», pero siempre tiene presente que es un negocio, que forma parte de su trabajo. «No olvido que tengo la vida que quiero, vivo en la ciudad en la que quiero vivir y encuentro la felicidad en lo que tengo». Esa intensa vida puede ser uno de los factores que la llevan a afirmar que no cree que haya encontrado el equilibrio todavía. «Como la mayoría de las mujeres, estoy siempre muy ocupada. Me ayuda mucho el apuntar las cosas que tengo que hacer para que no se me olviden». Sin embargo, encuentra la seguridad «cuando hago un buen trabajo o cuando estoy con amigos que me inspiran».
Su inspiración
Como artista y creadora, la estética es una parte esencial de su vida desde que era pequeña. «Mi percepción de la belleza se formó gracias a mi madre y mis tres hermanas. Cualquier cosa que les gustara a ellas me gustaba a mí. El enfoque despreocupado de mi madre respecto a la belleza y el maquillaje también fue muy influyente para mí. Ella siempre me recuerda que ser guapa no es suficiente, la verdadera belleza está en el interior; me enseñó que hay que ser profunda, inteligente y buena persona. Y realmente creo en ello. La mujer que se preocupa por sus amigas, por su familia y por sus hijos es, sin duda, la más hermosa».
Precisamente su madre, sus tías, sus hermanas y sus amigas son algunas de las mujeres que representan para Katie el poder y la belleza, una lista en la que también aparecen nombres como Michelle Obama, Bobbi Brown o Alicia Keys. «Me inspiran muchísimas mujeres, la lista cambia constantemente. Especialmente las mujeres que trabajan para mejorarse a sí mismas y el universo que las rodea».
Ese concepto global de la belleza forma parte del día a día de Katie de muchas formas distintas. «Disfruto pintando y visitando museos. Me encantan las flores frescas, así que las compro habitualmente. Y hacer fotos de lo que veo mientras paseo por la ciudad. Siempre me siento como una turista en Nueva York, pues cada día descubro nuevos lugares».
Belleza global
Viajar por todo el mundo ha influido en su percepción de la belleza y le ha permitido conocer rituales de diferentes culturas. «Pero a medida que me hago mayor me doy cuenta de que la vida de cada uno representa su belleza», asegura.
En su día a día, Katie siempre intenta encontrar un momento para mimarse. «Es importante tener tiempo para una misma: hacerse un tratamiento facial y una manicura, o leer el libro que hay en la mesilla de noche». Sus rutinas de belleza son muy completas, igual que el maquillaje. «Siempre utilizo colorete por las mañanas, porque tengo el pelo oscuro y realmente lo necesito. Y cuando salgo, me aplico eyeliner en la parte superior e inferior de los párpados». Esos son sus imprescindibles.
¿Y qué lleva una mujer como Katie cuando sale de casa?
«Antes tenía un bolso grande lleno de cosas y me di cuenta de que tenía que cambiar. Ahora utilizo uno pequeño, con mi paleta de maquillaje, por supuesto, y si alguien me pregunta qué llevo se lo muestro con tranquilidad y confianza». Un estado de ánimo que se refleja en su perspectiva de futuro, ya que, para ella, «el secreto de envejecer con gracia es la felicidad y ser bueno con uno mismo».
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