¿Por qué en todas las tiendas las prendas tienen los mismos colores? No es una coincidencia inocente. Hace dos años hubo quien lo decidió así. Y no fue por casualidad. Hay mucho dinero en juego.
No hay nada menos aleatorio que buena parte de los colores que nos rodean. Las tonalidades elegidas para cada temporada pasan por un proceso de selección, donde expertos de varias materias analizan desde los estrenos cinematográficos hasta la situación económica global o las últimas tecnologías. Y, aunque lo primero que nos viene a la cabeza son la moda y la belleza, también otros sectores como el interiorismo o la automoción se rinden cada año al color de moda. Pero ¿quién está detrás de estas decisiones? Tres organismos ubicados en los Estados Unidos, Francia y el Reino Unido tienen el poder, y sus propuestas influyen tanto que los escaparates de medio mundo replican su autoridad.
Pantone, compañía con sede en Nueva Jersey (Estados Unidos), cuenta con un sistema de definición cromática que se utiliza como referencia internacional. Cada año apuesta por un color nuevo y lo saca al mercado. En 2014 fue el orquídea radiante (a medio camino entre el violeta y el rosa) y este 2015 es el marsala, un marrón rojizo inspirado en los vinos que se producen en la región siciliana que lleva ese nombre. ¿La mejor prueba de su autoridad? Escribir la palabra marsala seguida del término celebrity en cualquier buscador de Internet. La última en elegir un vestido con esta tonalidad ha sido la Reina Doña Letizia.
Otro de los grandes gurús es Intercolor, una plataforma que se creó en París en 1963 y que reúne a expertos de la industria textil, la moda y el diseño de 16 países. El color no es una decisión aleatoria, sino que viene motivado por circunstancias psicosociales y culturales , advierte Encarna Ruiz, responsable del equipo español, directora de investigación de ESDiColor_LAB, socióloga y doctora en Periodismo. La propuesta de Intercolor para la primavera-verano de 2015 son los azules en muchas variedades, un color que precisamente planteó el equipo español con el concepto memoria. España tiene facilidad por los azules (por nuestro ecosistema inmediato), pero no nos gustan los marrones ni los colores oscuros. Finlandia, por ejemplo, prefiere los blancos. Pero tanto si hay una carta azul como blanca, cada uno la caracteriza a su manera .Una vez tomada la decisión, sus cartas de color se comercializan en las ferias profesionales de la industria textil para acabar en manos de diseñadores y firmas de moda y, de ahí, a las pasarelas.
Cuestión de identidad
Desde el tercer organismo en cuestión, la International Colour Authority (ICA), la artista catalana Pepa Poch -única española en la institución- nos habla de la trascendencia del color. Es más importante de lo que muchos piensan. Los colores nos definen. Puedes estar hablando delante de una persona y transmitirás sentimientos diferentes si vas vestida de azul, negro o rojo. Cuando ves el azul, piensas en la playa y el cielo. Te da sensación de tranquilidad, de vacaciones, de bienestar. Sin embargo, ves el rojo y te lleva a más agresividad, pero también a pasión, a los pintalabios o al vino .
Poch acude a las reuniones de la ICA con sus cuadros o la paleta de color que está utilizando en ese momento. También es la única artista en ese foro, formado por fabricantes, industriales y empresarios de 12 países, procedentes de sectores tan variopintos como la alta tecnología para móviles, el teñido de la lana en Sudáfrica o las pinturas para paredes. En sus reuniones se sigue una metodología más o menos similar a la de Intercolor y que toma el pulso a la actualidad social. El color, la moda y las tendencias son siempre consecuencias culturales , añade la artista. Para la primavera-verano de 2015 se escogieron colores dulces, suaves, de los caramelos (curiosamente, una propuesta muy similar a la de Intercolor), y así se vio en las pasarelas, desde Chanel hasta Carolina Herrera, pasando por Burberry Prorsum o Prada. Para el invierno de 2016, las tonalidades elegidas son el blanco y el negro, y la artista lo justifica asegurando que se trata de un asunto económico. Vemos menos color porque aplicar color vale dinero y ahora hay que vender , insiste.
Las minorías rebeldes
No toda la moda quiere ir a rebufo del color del momento y, en este sentido, Alicia Hernández y Myriam Pintado directoras creativas de Dolores Promesas lo tienen claro. Para ellas, el color de moda no es determinante en sus colecciones, ya que la mayoría de los estampados y tejidos se personalizan en función de las colecciones. En muchos casos incluso se descarta usarlo en exceso porque es cierto que se va a ver mucho en el mercado, sobre todo por las grandes cadenas de ropa, con las que es imposible competir y de las que lo mejor es diferenciarse .
Por último, también el azar puede intervenir en esta ecuación y que una tendencia quede rota en plena temporada. Por ejemplo, en la boda de Kate Middleton apareció su hermana Pippa vistiendo de blanco, rompiendo el protocolo y encima en un año en el que la tendencia eran el rojo y el pistacho. La tendencia se rompió y los escaparates comenzaron a cambiarse a toda prisa. Zara pudo reaccionar, pero un diseñador de alta costura como Josep Abril no, porque su capacidad de reacción es mucho menor , recuerda la investigadora Encarna Ruiz.
1. Pantone Marsala. El marrón rojizo inspirado en los vinos de la región siciliana de Marsala se impone en casi todos los sectores. Miguel Álvarez, maquillador oficial de Max Factor en España, asegura que es un color muy fácil de adaptar porque favorece a morenas, rubias y cobrizas; y se combina muy bien con otras tonalidades como las del gris, negro, cobres y dorados .
2. International Colour Authority. Ubicada en Londres, la ICA fue la primera institución que se creó sobre el color en los años sesenta. Los colores del desfile de Prada primavera-verano de 2014 y 2015 y del último desfile de alta costura de Dior se han basado en los cuadros de la artista catalana Pepa Poch.
3. Intercolor. Esta plataforma francesa integrada por 16 países apuesta para esta primavera-verano por los azules. Para el año que viene España ha propuesto como temática el turismo, un concepto que se acompaña de una gama de colores pastel en la que predominan los azules, verdes, rosas y rojos lavados.
