Colin Farrell, al límite

Colin Farrell ejerció de irlandés salvaje en Hollywood durante años. Hoy, a los 40 y padre de dos hijos, los excesos han quedado atrás. Por Ixone Díaz-Landaluce

Ni una sola nube empaña la panorámica de Los Ángeles desde el balcón suspendido sobre las colinas de Hollywood. Son las diez, pero, enfundado en un traje negro, Colin Farrell parece listo para la alfombra roja. El actor es la imagen de Intenso, el nuevo perfume de Dolce a&Gabbana. Luce un característico bigote que, en realidad, es parte de su personaje en la segunda temporada de la serie True detective, que está rodando en la ciudad. Farrell vivió su época más salvaje cuando aterrizó en Hollywood desde su Irlanda natal, pero en 2005 decidió apostar por sí mismo, pasó una temporada en rehabilitación y dejó atrás las drogas y el alcohol.

«Ser irlandés te deja una marca indeleble. La tierra te persigue. Te vuele loco»

Ya no es el chico malo de Hollywood. El cambio se hace evidente viéndole con Henry, el menor de sus dos hijos con cuya madre la actriz y cantante Alicja Bachleda-Curus Farrell estuvo dos años (el mayor, James,  es hijo de la modelo Kim Bordenave). Cuando el pequeño lo llama, el actor desconecta de todo y de todos. Durante un descanso, con un café y un cigarrillo en plena calle, se muestra encantador. Le gusta hablar, ponerse trascendente y profundo; es un libro abierto que no se autocensura.

XLSemanal. Se pone muy serio ante la cámara. Se diría que le da vergüenza

Colin Farrell. ¡Es que no me gusta nada! Pero si esto es lo más desagradable que tengo que hacer en todo el día, soy un tipo con mucha suerte [ríe].

XL. Dice Domenico Dolce que es usted una persona intensa. ¿Por qué cree que proyecta esa imagen?

C.F. Supongo que la vida es una intensa experiencia desde el principio, ¿no?

XL. ¿Y cuál es la parte más intensa de su vida ahora mismo?

C.F. Ser padre de dos niños. Y tratar de hacer eso mientras también trabajas.

XL. Lleva 15 años en Hollywood. ¿Ha logrado hacer las paces con la fama?

C.F. Eso creo. Antes me resistía y ese era, supongo, mi modo de ser famoso.

XL. ¿Fue un proceso largo y costoso?

C.F. Sí. Llegué a Los Ángeles con 22 años. Fui pintor, camarero, dependiente, hice un programa de televisión Todo pasó muy rápido.

XL. ¿Fue esa rapidez el problema?

C.F. Ponerte a 120 kilómetros por hora en tres segundos es más difícil que hacerlo en un minuto. Físicamente, el cuerpo entra en shock, sientes un subidón de adrenalina, pasan muchas cosas en tu cerebro. Si, en cambio, la aceleración es gradual, es como dar un paseo en un día soleado. Con la fama pasa igual. Es lo que me pasó al llegar. Pero lo disfruté.

XL. ¿Qué consejo le daría a aquel Colin Farrell de 22 años?

C.F. El problema es que yo a esa edad no escuchaba a nadie.

XL. Hace diez años se desintoxicó de sus adicciones. Siempre ha sido muy honesto al respecto. ¿Se arrepiente?

C.F. No, yo mismo lo saco a relucir. Con eso no quiero decir. Soy estupendo, abierto y me da igual lo que piensen de mí . No. Pero nunca he sabido moderarme. Y, a veces, me he quemado. Para mí, hablar de ello es una forma de saber quién soy.

XL. ¿Aquellos años salvajes también forman parte de quien es ahora?

C.F. ¡Por supuesto! No me disculpo por ninguna versión de Colin. Eso no quiere decir que no me arrepienta de cosas, que sí cambiaría. Pero no es nada que no me deje dormir por las noches. Si no hubiera experimentado las cosas de las que ahora podría arrepentirme, no estaría donde estoy. Y estoy muy contento de estar aquí.

XL. ¿Conoce la felicidad o es un concepto demasiado cursi y manido?

C.F. La noción de felicidad es como la noción de Dios. es algo muy subjetivo que hemos tratado de objetivar equiparándola al dinero, al amor, la belleza, la popularidad… Esas cosas pueden hacerte la vida más fácil o librarte de la soledad, pero la felicidad está dentro de ti. ¿Soy feliz ahora? Tengo momentos de gran felicidad.

XL. ¿Cuáles?

C.F. Me emociono con cosas pequeñas. Me pongo contento con facilidad. Tengo 38 tacos, voy al cine, me compro un perrito, una bolsa de caramelos y un refresco y soy el tío más feliz del mundo [ríe].

«El dinero o la fama pueden hacerte la vida más fácil, pero la felicidad está dentro de ti»

XL. En algo más de un año cumple los 40. ¿Es solo un número?

C.F. Como todos hablan tanto de ello, empieza a parecerme algo importante [ríe]. Pero me gusta hacerme mayor. La vida se hace más interesante.

XL. ¿En qué sentido?

C.F. En esta etapa, la vida girá más sobre otras personas que sobre ti mismo. Cuando eres joven, quieres tener amigos, ser popular, gustar a la gente, pero cuanto mayor te haces, experimentas la amistad a un nivel más profundo. es una forma de confianza, amor y disfrute mutuo. Por eso, creo que la vida es más dulce cuando te haces mayor. Para mí, además, es menos caótica.

XL. Siempre habla con orgullo de sus raíces irlandesas  

C.F. Es que ser irlandés te deja una marca indeleble. Tiene que ver con el carácter de nuestra gente y nuestro aprecio por la vida, pero también con nuestra melancolía. La tierra, en sí misma, te persigue. Te vuelve, tiene cierta tristeza asociada. Hay partes del país que te emocionan con solo mirarlas.

XL. Siempre ha estado muy unido a su familia. ¿Sueña con formar la suya propia algún día?

C.F. Ya tengo una familia, simplemente no es una familia convencional. Mis dos hijos tienen dos madres maravillosas y trabajamos juntos para educarlos. Nunca tendré una familia convencional. ¡Ese sueño se acabó! [ríe]. Y quiero ser consciente de eso porque, si no, ese tipo de cosas habitan en tu interior y crean frustraciones.

«Llegué a Los Ángeles con 22 años. Trabajé de camarero, dependiente, pintor…»

XL. Pero hubo un tiempo en que soñó con esa idea

C.F. Sí, porque es lo que la sociedad te dice que te traerá felicidad y estabilidad, pero a veces la vida se opone a tus mejores planes. No sé si para darte una lección o, simplemente, por pura crueldad. Pero estoy muy contento de cómo son las cosas. Estoy muy enamorado de mis hijos. Llevo cinco años soltero, pero no sé lo que me espera a la vuelta de la esquina

XL. Creo que hace yoga para mantenerse en forma. ¿Le proporciona serenidad?

C.F. Sí, ¡me encanta! Antes solía hacerlo solo, pero me aburría. ¿Qué significa eso? ¿Qué estoy aburrido de mí mismo? Quizá [ríe]. Voy a clases con más gente. Una de las cosas más peligrosas de la celebridad es que corres el riesgo de aislarte. Y lo siguiente que sabes es que eres Norma Desmond y estás solo, con tu mono y tu mayordomo. Por eso, me gusta la energía de esas clases en las que todo el mundo se mueve simultáneamente. En cierta forma, rodar una película también es un deporte de equipo intelectual.

XL. Parece que ahora todos los actores aspiran a dirigir. ¿Es su caso?

C.F. Me encantaría. Un día, me pondré a escribir. Supongo que será una historia oscura, siempre son más interesantes. Cuando conduces por Estados Unidos, te das cuenta de que hay muchas partes del país que nunca encuentran el camino hasta la pantalla y que son preciosas, seductoras y están llenas de fantasmas. Cuando sea mayor, dirigiré.

XL. Está rodando la segunda temporada de True detective. ¿Qué nos puede contar?

C.F. Estoy encantado porque el guion es extraordinario, los personajes son hermosos y el universo es fascinante. Además, se está rodando en Los Ángeles y hacía años que no trabajaba aquí. Es genial poder dormir en mi cama por las noches.

XL. Pero también le gusta hacer ‘road trips’…

C.F. ¡Sííí! ¡Me encanta conducir!

XL. ¿Y qué es lo que busca en esos viajes?

C.F. ¡Nada! Nos pasamos esta absurda vida buscando dónde comer, con quién quedar, qué película vamos a ver, cuál es la mejor ruta para ir a trabajar La vida contemporánea consiste en estar constantemente buscando cosas. Lo maravilloso de un road trip es que te dedicas a observar un panorama en movimiento de colores, imágenes, topografía cambiante… ¡Eso sí que es terapia! He conducido de costa a costa cuatro veces en los últimos seis años y, en cuanto termine de rodar True detective, voy a volver a hacerlo.

XL. No lo veo durmiendo en moteles de carretera de la América profunda…

C.F. ¡Duermo en cualquier sitio! Llegas a pueblos pequeños y tienes que dormir en moteles cutres. ¡El Holiday Inn es un lujo! ¡Y es jodidamente caro! ¡140 pavos la noche! Me encanta un motel que tenga una máquina de hielo en medio del pasillo y que puedas escuchar el ruido que hace cada cinco minutos. ¡Eso es música para mis oídos! [ríe].

«Me gusta hacerme mayor. Experimentas la amistada a un nivel más profundo»

XL. ¿Esas escapadas lo ayudan a sentirse normal?

C.F. Me siento muy normal la mayoría del tiempo. No hago fotos y entrevistas a diario. No vivo en esa realidad, solo la visito de vez en cuando. En Los Ángeles siempre estás pendiente de los paparazis, pero en los pueblos pequeños nadie se fija en ti. Vas al cine un martes por la noche en un pueblo de Wyoming y hay siete personas en la sala. A la salida, un tío te dice. ¿Eres ? ¿Colin Firth? . Y tú dices . No, Farrell. ¡Maldita sea! [ríe]. ¡Soy 20 putos centímetros más pequeño que él y tengo mucha menos clase! La mayor parte del tiempo no me acuerdo de la fama. Y en la carretera, aún menos.

Su aroma

El actor irlandés Colin Farrell personifica el carácter de Intenso en su primera colaboración con Dolce and Gabbana Fragancias. Como actor y como hombre representa fortaleza, ternura y encanto, las cualidades que hemos concebido para el hombre de nuestra nueva fragancia , asegura Domenico Dolce. Precio. 68 euros (75 ml).

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