Mark Wahlberg: «Pasados los 40, te puedes hacer daño incluso mientras duermes»

A pesar de su pasado entre drogas y correccionales, Wahlberg ha conseguido el estatus de ‘gurú en la industria en Hollywood’. A sus 44 años, un matrimonio feliz y cuatro hijos se suman a su gran éxito como productor. Por Ixone Díaz Landaluce 

«No puedo quejarme», repite Mark Wahlberg a modo de coletilla cuando divaga sobre su vida y su carrera sentado en una habitación de hotel de Los Ángeles. Y tiene razón. No puede. Podría haberle ido mucho peor. Sobre todo, para un chico de los bajos fondos de Boston como él, que dejó el colegio con 13 años, se enganchó a la cocaína y otras drogas con 15 y empezó a meterse en problemas demasiado pronto. Después de protagonizar varios incidentes racistas cuando tenía 16 años, Wahlberg agredió a dos hombres vietnamitas con un bate: uno quedó inconsciente después de la paliza; el otro perdió un ojo. Wahlberg pasó en un correccional 45 días de los dos años a los que fue sentenciado por intento de asesinato.

Su suerte cambió poco después. Por aquella época, todavía era Marky Mark y aspiraba a ser una estrella del rap. Después de colocar un par hit en las listas de ventas, su foto en calzoncillos junto con Kate Moss en una memorable campaña de Calvin Klein lo hizo mundialmente famoso. Entonces, Hollywood llamó a la puerta y Wahlberg empezó a demostrar talento dramático en cintas como Diario de un rebelde, Boogie nights, Tres reyes, El planeta de los simios o Infiltrados. Y ahora, tras 20 años triunfando en Hollywood, Wahlberg es mucho más que un actor de pasado turbio. Después de producir series como Boardwalk Empire o El séquito (basada en sus propios inicios en Hollywood) y películas como El luchador, Wahlberg es una de las figuras más influyentes de la industria. Ahora estrena Ted 2, en la que vuelve a dar la réplica a un irreverente oso de peluche que lucha por ‘legalizar’ su estatus de ciudadano para procrear con su novia de carne y hueso.

Christian Bale (i) y Mark Wahlberg, en una escena de la película ‘The Fighter’

Hoy lo acompaña su séquito de toda la vida, ese que inspiró la serie de televisión. Wahlberg, con camiseta ceñida y vaqueros, sigue teniendo percha de tipo duro. También es duro de pelar. Aunque contesta a todo, se moja más bien poco. Está claro que ha aprendido a ser políticamente correcto.

XLSemanal. ¿Qué tal lleva esto de la autopromoción y las entrevistas? 

Mark Wahlberg. Mal. No me gusta nada hablar de mí mismo. La promoción es una de las partes más importantes de este trabajo, pero no es mi favorita. Además, soy un tipo bastante aburrido.

XL. ¿Por qué dice eso?

M.W. Porque es verdad. He elegido llevar una vida aburrida. Quizá a otros les parezca emocionante lo que hago, pero yo me levanto pronto por las mañanas, llevo a los niños al colegio, voy a jugar al golf o trabajo en una peli.

XL. ¿Aburrido significa estable para usted?

M.W. Significa relajado. Y cómodo.

XL. También se le ve muy cómodo haciendo comedias, usted que siempre ha ido de tipo duro por la vida…

Mark Wahlberg, en una escena de la película ‘Infiltrados’

M.W. Con la primera parte de Ted sabía que estaba corriendo un gran riesgo. Rodar una comedia en solitario junto con un personaje animado era bastante temerario. Me hizo falta coraje para leer el guion, pero después de reunirme con el director, Seth MacFarlane, sentí que teníamos la oportunidad de hacer algo diferente, aunque tampoco esperábamos el éxito que tuvo.

XL. Por cierto, ¿con quién se identifica más, con esos hombres de acción que son su especialidad o con el tipo tranquilo que interpreta en Ted?

M.W. Soy Géminis y tengo ambas facetas. No hace falta demasiado para ponerme en marcha, pero también me gusta estar tranquilo.

XL. Se ha convertido en un productor muy influyente, incluso hay quien lo considera un gurú en esta industria.

M.W. No. Solo soy un emprendedor. Me encantan los negocios e implicarme en diferentes cosas, pero no me considero una persona tan influyente.

XL. Hombre, es un productor de éxito y un actor taquillero.

M.W. Es fruto de la tenacidad y la ambición. No me interesa el poder o el dinero, para mí el aliciente es alcanzar el éxito personal, pero también ayudar a que otras personas con talento y visión lo alcancen.

XL. En los últimos años ha explorado la otra parte de la industria, la que se cuece en los despachos. ¿Es difícil estar a ambos lados de la trinchera? 

M.W. A veces, es incómodo estar en una reunión como productor y escuchar lo que los ejecutivos piensan sobre ciertos actores. ¡Uuuf! Pero así es este negocio. Hay que tener la piel muy dura. Convertirme en productor me ha proporcionado mucha más libertad. He aprendido que, si quieres aspirar a los grandes papeles, tienes que salir y buscarlos tú mismo, crearlos y desarrollarlos.

Mark Wahlberg en una escena de la película ‘Ted’

XL. En junio cumplió 44 años. ¿Cómo lo está tratando la edad?

M.W. El otro día vi a un cómico haciendo un monólogo en el que hablaba de hacerse mayor. Y sobre los 40 años decía: «Ahora, me puedo hacer daño incluso cuando estoy durmiendo». ¡Y es así! Yo me levanto de la cama y me duele todo.

«Cuando era joven, estaba loco, y tengo la suerte de poder contarlo»

XL. ¿Alguna vez echa de menos tener 20 años?

M.W. Bueno, no diré que no haría algunas cosas de otra manera o que no volvería a hacer otras con las que me divertí mucho. Pero también me gusta hacerme mayor. Eso sí, me encantaría que todo se desacelerara un poco a mi alrededor porque tengo la sensación de que el tiempo pasa demasiado rápido.

XL. Tiene cuatro hijos. ¿Cómo hace para ser un hombre de familia y triunfar en Hollywood?

M.W. Trato de encontrar un equilibrio entre el tiempo que le dedico a mi familia y el trabajo. Por eso, si no estoy trabajando, estoy en casa. No es que esté por ahí con mis amigos o que me vaya de viaje a jugar al golf.

XL. ¿Alguna vez desea en secreto que cumplan 18 años y se vayan de casa para recuperar la libertad perdida?

M.W. No. A mi mujer le da pena que se hagan mayores. Preferiría que siguieran siendo bebés y que la necesitaran todo el tiempo. A mí me gusta que crezcan porque ahora puedo hacer deporte con ellos. Hace poco viajamos a Montana a hacer snowboard y fuimos juntos a la Super Bowl. Ahora es más divertido.

XL. Hace un año aprobó los exámenes y consiguió graduarse en el instituto. ¿Lo hizo como un mensaje hacia ellos?

M.W. No era tanto un mensaje como un plan B. Si ellos descubrieran que no terminé el instituto, lo primero que me dirían es: «Si tú no estudiaste, ¿por qué tengo que hacerlo yo?». Además, era algo de lo que me arrepentía y que hacía tiempo que quería arreglar.

XL. Los paparazis no le molestan demasiado. ¿Cuál es su secreto?

M.W. Simplemente, voy a lo mío. Si estoy en un restaurante o salimos del supermercado y los paparazis están ahí, me sacan una foto, pero no me persiguen. Mi mujer no pertenece a la industria, así que nos dejan en paz. Mi cara no va a hacer que se venda ninguna revista.

XL. ¿Alguna vez piensa qué hubiera sido de su carrera con la presión que Internet y las redes sociales ejercen sobre las estrellas jóvenes de hoy?

M.W. Nadie quiere crecer bajo los focos. Puedes tomar decisiones de las que luego te arrepientes, y que eso esté documentado no es fácil de digerir para nadie.

«Hay que tener la piel muy dura para dedicarte a este negocio»

XL. Justin Bieber, por ejemplo, ha tenido una carrera muy parecida a la suya, con líos con la justicia y anuncio de Calvin Klein incluidos.

M.W. Es verdad. Estuvo en mi casa hace dos semanas. Lo invité para enseñarle la adaptación que hemos hecho para el cine de El séquito y hablamos de algunas cosas.

XL. ¿Le dio algún consejo?

M.W. Buenooo… Él sabe que tiene que reparar los daños que ha podido causar. Pero creo que no hay que perder de vista que es complicado para cualquiera crecer bajo los focos, como le ha tocado a él.

XL. ¿Le da miedo que sus hijos quieran formar parte del show business?

M.W. Por supuesto. Pero, aunque intente guiarlos en la dirección opuesta, ellos elegirán lo que quieran. Y a mí me tocará apoyarlos.

«He hablado con Justin Bieber. Sabe que tiene que reparar algunas cosas»

XL. Ya que menciona El séquito. ¿Aún lo acompañan sus amigos a todos los sitios?

M.W. Sí, aunque no tanto como antes. Si quieren estar conmigo, tienen que levantarse a las seis de la mañana y venir al campo de golf. Ya no consiste es salir de fiesta hasta las seis de la mañana como en otros tiempos.

Mark Wahlberg y su mujer, la modelo Rhea Durham

XL. He leído que aún tiene una habitación con literas reservada para ellos en su casa…

M.W. Es verdad. Todos mis chicos trabajan conmigo cuando estoy rodando. Luego, cuando vuelvo a casa los fines de semana, a ellos les encantaría quedarse a dormir, pero yo tengo que consultarlo con mi mujer y me suele decir que no [risas].

«Con un poco de suerte, pronto veré al Papa Francisco. Ya he conocido a uno de sus ayudantes»

XL. La fe es muy importante en su vida. Es usted un hombre de misa diaria. ¿Lo ha ayudado a digerir mejor la fama?

M.W. Yo he experimentado la fama de dos formas diferentes. Y la que mejor funciona para mí es concentrarme en mi fe y en mi familia. Pero sí, cuando era joven estaba loco y me divertí, pero tengo la suerte de estar aquí, poder hablar de ello y haberlo superado.

XL. Por cierto, ¿qué piensa del Papa Francisco? 

M.W. Estoy muy orgulloso de lo que está haciendo. La Iglesia ha estado estancada durante demasiado tiempo y él la está moviendo por fin hacia el siglo XXI. Con un poco de suerte, pronto podré conocerlo.

XL. ¿En serio? ¿Ha solicitado una audiencia?

M.W. Uno de sus ayudantes estuvo en mi iglesia el otro día, se acercó a mí después de misa y me dio su tarjeta. Luego, me dejó una carta en el buzón en la que me preguntaba si me gustaría involucrarme en un programa para prevenir el tráfico de seres humanos. Me encantaría conocerlo.

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