Nacida en Venezuela y con raíces vascas, la mejor tenista española del momento ha conseguido que nuestro tenis femenino recupere los días de gloria de los tiempos de Arantxa Sánchez Vicario. Por Raquel Peláez
Garbiñe llega cargada con su propia mochila llena de zapatos. Encontrar calzado femenino del 42 no es fácil y la tenista está encantada de colaborar con el estilismo para las fotos. A punto de cumplir 22 años y con 1,83 metros de altura, la tenista disfruta como una niña eligiendo la ropa y quitándole importancia a la presión que ha vivido desde que jugó la final de Wimbledon contra Serena Williams. Ojalá siempre tuviera que cargar con una responsabilidad como esta , asegura entre risas. Aquel partido lo perdió, pero consiguió que el tenis femenino volviera a estar en boca de todos desde que Arantxa y Conchita colgaran sus raquetas. Ahora, y tras una racha complicada, perdiendo y recuperando puestos en el ranking, todo apunta a que Muguruza podría mantenerse entre las ocho mejores raquetas para disputar el WTA Finals, que se disputará a finales de octubre en Singapur.
XLSemanal. Desde aquel partido contra Serena no ha ido todo lo bien que se esperaba ¿Qué ha pasado?
Garbiñe Muguruza. Un poco de todo. Después de llegar a la cima, viene el barranco. Es necesario asimilarlo y lidiar con las expectativas que se generan a tu alrededor. Parece que ya no puedes perder un partido, que no debes. Ahora hay que empezar de cero.
XL. ¿Cómo se prepara un deportista para afrontar estos altibajos?
G.M. Si no te ha pasado nunca antes, tampoco sabes cómo lidiarlo. Nadie te puede enseñar. Recuerdo que cuando terminó el torneo contra Serena sentí que ya no podía más. Es como si te vaciaras. Necesito tiempo.
XL. Y los deportistas de élite ¿luego lloran cuando llegan a casa?
G.M. En mi caso, sí. Que se acabara aquel partido fue un alivio. No hay más presión, no hay más tensión.
XL. ¿Puede más la presión física, la mental o la mediática?
G.M. Es más mental. El cuerpo se recupera enseguida. Lo que la gente ve en la televisión son solo esas dos horas de juego, pero lo que realmente cansa es todo lo que ocurre entre partidos. la tensión, lo que piensas cuando te vas a dormir, los nervios
XL. Otro que debe de estar contestando preguntas parecidas puede ser Rafa Nadal. ¿Usted apuesta por que volverá a ser el mismo?
G.M. Yo creo que va evolucionando. Nunca podrá ser el mismo que fue entonces porque es diferente jugador, pero todavía tiene bastante para dar. Es grandísimo y volverá. Está pasando por una racha en la que no está como nos tiene acostumbrados. Obviamente eso tiene que pasar en algún momento, pero volverá.
XL. Y, ahora, una nueva presión para usted. afianzarse entre las ocho primeras para jugar la WTA Finals
G.M. Ese es el objetivo, sí, pero es muy complicado. Todas las del top ten son grandes jugadoras y están muy apalancadas ahí arriba. Pero al menos tienes que creer que puedes. Ánimo no falta. Hombre, haber llegado al puesto número ocho ya está bastante arriba, pero la gente quiere más. La meta siempre está en no conformarse.
XL. Tanto que ha conseguido usted que el tenis femenino vuelva a generar interés
G.M. Sí, porque el de los chicos estaba en un nivel altísimo. Hubo una época en la que llegaron a estar tres españoles en el top ten. Por eso las chicas no destacábamos tanto, era imposible igualarlo, pero parece que ahora han saltado algunas alarmas y la gente se vuelve a fijar en nosotras.
XL. ¿Y cómo lleva la comparación con Arantxa Sánchez y Conchita Martínez?
G.M. Es que yo creo que todavía estoy muy lejos. Se busca llenar ese hueco que dejaron y está bien que me vean como una posible sucesora, pero tampoco le doy más vueltas.
XL. ¿Cómo ve ahora a Conchita como capitana del equipo español?
G.M. Yo tengo una relación fantástica con ella, así que lo veo fenomenal. Imagino que estará muy liada, pero el otro día hablé con ella y estaba muy ilusionada. Además, es una persona con la que todos los jugadores estamos cómodos porque nos entiende.
XL. ¿Qué le pareció el cambio con Gala León y que acusaran a los tenistas de machistas?
G.M. Hubo demasiado lío con que si no querían que fuese una chica, con que luego ella se sentía mal Creo que se confundió todo, pero tampoco se hicieron las cosas como se debía porque, si no, no hubiera generado tanta polémica. Ahora está todo más tranquilo.
XL. ¿Cree que hay algo de machismo en el tenis?
G.M. Puede ser que lo haya habido, sí, pero ha mejorado muchísimo. la gente se interesa más por el tenis femenino, se dan más partidos por televisión Posiblemente, en el tenis está incluso más equilibrado que en otros deportes.
XL. ¿Y lo de la faldita? ¿No estaría más a gusto con pantalón?
G.M. En absoluto. Lo más cómodo de usar es, sin duda, el vestido. El tenis es muy femenino y te permite ser coqueta. Mira los conjuntos de tenis, que cada día son más fashion [se ríe]. Sobre todo, la línea que llevo yo, que es la de Adidas de Stella McCartney. Mezcla de todo. flores, detalles brillantes
XL. ¿Y cuando sale de la pista?
G.M. Casi siempre llevo ropa deportiva, pero también me gusta tener mi momento fashion. ¡Ah, y me encantan los tacones! Debo tener cuidado con lo que me pueda pasar en el pie, pero, si voy a una fiesta, es lo primero que me pongo. Aunque me miren desde abajo, es mi momento [se ríe].
XL. ¿Qué hace que le tiemblen las piernas fuera de la pista?
G.M. Uy, ¡si es que en la vida normal todo me parece tranquilísimo! [se ríe]. No hay la tensión de gano o pierdo, no hay 8000 ojos mirándote Quizá lo que más me apasiona es la música, sobre todo la latina. ¿Herencia de su madre y de su origen venezolano?
G.M. Claro, mi madre está todo el día poniéndola. ¡Cómo no me va a gustar!
XL. ¿Y qué ha heredado de su padre?
G.M. Pues quizá el carácter fuerte de los vascos. Y también la pasión por cocinar, aunque yo soy más de postres.
XL. ¿Cumple usted con el tópico sobre lo difícil que es ligar con una vasca?
G.M. ¡No! Bueno, bien pensado, carácter sí que tengo y lo mismo hasta un poco difícil [se ríe].
XL. ¿Hacen pandilla entre los tenistas?
G.M. Cero. Y entre las mujeres incluso algunas se llevan a matar [se ríe]. Es totalmente imposible que salgamos juntos por ahí. El tenis es muy solitario. Puede haber un vestuario lleno de chicas y ninguna se habla con la otra.
XL. ¿Así que no se ve compartiendo su futuro con alguien de la profesión?
G.M. A eso nunca se puede decir que no. Cuando te llega, no hay nada que hacer [se ríe].