Acaba de ser madre por segunda vez, pero no descansa. A sus 29 años, encadena series y películas sin descuidar a su familia. Convertida en icono televisivo, Amaia Salamanca ha conseguido mantener el equilibrio. Por Fernando Goitia/ Fotos: Antonio Terrón
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Termina un año de lo más acelerado. Amaia Salamanca fue madre en septiembre, por segunda vez, y al cabo de un mes ya estaba de nuevo en los platós. Embarazada, participó en dos películas y una serie de televisión, Velvet, en la que siguió trabajando tras el parto mientras se las arreglaba para darle el pecho a su hijo. Ahora, cerrado su paso por esta ficción ambientada en Madrid en 1958, empieza el año grabando La embajada, una actual trama de corrupción política en una legación diplomática española. Pese al trajín, a la actriz lanzada al estrellato por Sin tetas no hay paraíso se la ve fresca, con ganas de charlar sobre el pasado, el futuro, la maternidad, las redes sociales o los problemas de la actualidad nacional.
XLSemanal. ¿Todavía le preguntan en la calle por el Duque?
Amaia Salamanca. [Se ríe]. Pues, mira, ya no. Pero es que fue un fenómeno tan grande que llegué a pensar que nunca me libraría de lo de Cata y el Duque, pero parece que ya sí. Han pasado siete años desde Sin tetas no hay paraíso y la gente, por fin, ya se ha olvidado.
«Hay gente que trabaja duro por esa oportunidad que a mí no me costó. Pero la suerte no lo explica todo»
XL. En aquellos días, todo el mundo quería saber cuándo se iba a Hollywood. ¿Llegó a ser una posibilidad real?
A.S. Tampoco he tenido tiempo de pensármelo. Es una de esas preguntas que te hacen en las entrevistas, pero jamás me ha faltado trabajo en España. Nunca se sabe, pero ahora que he formado una familia, desde luego, no va a suceder.
XL. ¿De adolescente le decían cosas del tipo: ‘Tú, con lo guapa que eres y ese cuerpazo, deberías ser actriz’?
A.S. No, para nada. Con 18 años, me apunté a una agencia de publicidad para sacarme un dinerillo, mientras estudiaba, pero fue iniciativa propia. Hice unos anuncios y al poco tiempo me enteré del casting para la serie SMS, para La Sexta. Buscaban caras nuevas y
XL. Fue llegar y besar el santo…
A.S. Suena un poco repelente [se ríe], en plan. Ay, pues yo nunca había hecho un casting para una serie y al primero que fui me cogieron , ¡pero es que fue así! Sé que hay gente que trabaja durísimo para conseguir una oportunidad y que a mí no me costó. Tuve suerte. Es innegable. En todo caso, la fortuna nunca completa la ecuación. Yo soy muy trabajadora.
XL. Estudió Derecho y Administración de Empresas. ¿Se veía ejerciendo como abogada o empresaria?
A.S. [Se ríe]. Es que ahora lo pienso y me digo. ‘¿Pero qué hacías tú ahí?’.
XL. Interrogando a un acusado quizá…
A.S. [Se ríe]. Para nada. Podría hacer una serie de abogados, a lo The good wife, pero cambiar de profesión, ¡ni loca!
XL. ¿Y montando una empresa? En España, además, donde es tan fácil…
A.S. Sí, ¡facilísimo! [se ríe]. Pero no, no. Aunque sé que si algún día esto se trunca, un plan B nunca está de más. Que vienen las nuevas generaciones, te dejan de llamar y a ver qué haces.
XL. Acaba de terminar la tercera temporada de ‘Velvet’ y su personaje desaparece. ¿Deja la serie entonces?
A.S. Sí, Bárbara se va con un culito más joven , según el guion, y no estará la próxima temporada. Ahora bien, como no me han matado, quizá regrese algún día. Ha sido un papel genial, con un punto sarcástico muy divertido. Siempre iba feliz a trabajar.
XL. ¿Ha sufrido con otros personajes?
A.S. Sufrir no, pero cuando andas llorando por las esquinas cuesta más salir de ahí. Y con esta Bárbara todo era sarcasmo y un puntito de mala leche, así que lo he disfrutado mucho.
XL. ¿Se ve reflejada en esos rasgos?
A.S. [Se ríe]. Bueno, me va el humor negro. Un poco de acidez no viene mal.
XL. Ya trabaja en la serie ‘La embajada’…
A.S. Sí. Es todo un poco acelerado, pero hay que aprovechar. Acabar una y empezar otra no ocurre todos los días.
«Es importante que las series reflejen las preocupaciones de la sociedad, como la corrupción»
XL. ¿Qué puede adelantar?
A.S. Que trata sobre la corrupción. Todo ocurre en la Embajada española en Tailandia. Yo soy Fátima, la esposa de Raúl Arévalo, que es el consejero, un hombre que manipula a todo el mundo para sus tejemanejes, y yo voy con la sonrisa puesta seduciendo a la gente para nuestro beneficio.
XL. La corrupción es la segunda mayor preocupación de los españoles…
A.S. Lo sé. Por eso es importante que las series reflejen las preocupaciones de la sociedad. Es arriesgado, pero ya era hora. En España apenas se entra en asuntos de la actualidad política. Nos quedamos en historias de amor que no está mal, pero también hay que hablar del mundo real. Me parece un acierto.
XL. ¿Responde este entusiasmo a sus preocupaciones políticas?
A.S. Sí, bueno, a mí me sorprende la importancia que se nos da a los actores si hablamos de política. Dices algo y todos te señalan.
XL. No recuerdo haber leído declaraciones suyas en ese sentido
A.S. Pues por esto que te digo. Hay compañeros que expresan opiniones políticas y todo el mundo se les echa encima. La impresión que tengo, de hecho, es que cuando un actor da su opinión parece como si todo el gremio pensara igual. La sociedad nos ve un poco así, y no es cierto. Obviamente, estoy en contra de subir el IVA a la cultura y temas así, pero
XL. Prefiere no mojarse…
A.S. Son temas de los que me gusta hablar en confianza y no quiero que se hable de mí porque critiqué a tal político o a tal partido o tal otro. Hay asuntos en que es mejor no decir nada.
XL. Esto va a ser porque hizo de la Princesa Letizia y quiere que la llamen si hay una segunda parte…
A.S. [Se ríe]. Bueno, eso me encantaría, ahora que es reina. ¡A ver si hacen la continuación!
XL. Usted se negaba a abrir cuentas en redes sociales, pero he visto que está en Twitter…
A.S. Así es, desde hace poco más de un mes [se ríe]. Tenía aversión a las redes sociales, me parecía muy exhibicionista, pero al final me he decidido. Ahora lo veo de otra manera.
XL. ¿Y cómo lo ve ahora?
A.S. Bueno, es conveniente estar al tanto, aprender a utilizar estas cosas, aprovechar para llegar a la gente directamente, sabiendo hasta dónde quieres contar cosas de tu vida
XL. ¿Tiene grupo de WhatsApp con las madres de la guardería de su hija?
A.S. [Se ríe]. No, no he llegado ahí. Igual cuando vaya al colegio
XL. Tengo entendido que le hubiera gustado ser espía, una Matahari…
A.S. [Se ríe]. Sí, es que tiene una parte de interpretación también. Debes fingir…
XL. Ya, pero si no finge bien igual acaba con unos zapatos de cemento…
A.S. Claro [se ríe]. En todo caso, nunca podré ser espía, me conoce demasiada gente. Pero me encanta la novela y el cine negro. Es mi género favorito.
XL. Pues películas españolas de espías o policiacas no abundan
A.S. Ya, y que el protagonista sea mujer ni te cuento. Ahora van a adaptar la Trilogía del Baztán, de Dolores Redondo. Están haciendo audiciones
XL. ¿Se ha presentado?
A.S. Bueno, he hecho todo lo posible, pero está en el aire. Me encantan esas novelas. El personaje, además, se llama Amaia. Es una historia de una mujer que es policía y las mujeres tienen todo el protagonismo, que es algo que escasea. Casi siempre somos la compañera de , la madre de , la hija de .
XL. ¿Cuando lee algo escrito por una mujer se identifica más?
A.S. Puede ser. La verdad es que me gusta cuando me topo con una directora o una fotógrafa , porque son papeles que casi siempre ejercen hombres.
XL. ¿Prefiere entrevistadoras?
A.S. [Se ríe]. Pues ahí es distinto, porque siempre me entrevistan mujeres. Por lo menos, sé que no me vas a preguntar sobre maquillaje y trucos de belleza ¿O sí?
«Llegué a pensar que nunca me libraría de lo de Cata y el Duque. La gente, por fin, se ha olvidado»
XL. Me temo que no puede escapar [se ríe]. Veamos Fue madre en septiembre. ¿Cómo ha cambiado la maternidad sus hábitos de belleza?
A.S. Pues básicamente, que con dos hijos ya no tengo tiempo para nada de eso. Cuando vengo a una sesión de fotos y me maquillan, es como. Mira qué bien, ¡maquillaje! [se ríe]. Y eso que para esto tengo un poco más de maña que peinándome. Me recojo casi siempre el pelo, que es más rápido.
XL. ¿Va al gimnasio?
A.S. Sí. Siempre he hecho deporte, pero de momento nada de impacto, porque todavía el suelo pélvico no está en su sitio. Con tres meses empecé con abdominales hipopresivos, muy buenos para recuperar la tripa. Todo eso se ha estirado y así los abdominales vuelven a su sitio. Estos tres meses, además, han sido de comer pensando en mi hijo, para dar el pecho bien. Lo más importante es su alimentación, cuidar mi figura era algo secundario.
XL. ¿Cogió la baja por maternidad?
A.S. No la de cuatro meses, desde luego [se ríe]. Descansé el primer mes, septiembre, hasta retomar el rodaje de Velvet. Y dando de mamar, sacándome la leche y esas cosas, porque estuve dando el pecho hasta hace dos días. Y antes de eso estuve grabando capítulos embarazada; tenía que taparme la barriga todo el rato. Ha sido un año de lo más agitado. Y muy hermoso.
Los básicos
1.- Fondo de maquillaje fluido en esponja Miracle Cushion (38 euros), de Lancôme. Corrección eficaz y tratamiento hidratante.
2.- Suero activador de la juventud Advanced Genifique, de Lancôme. Activa diez signos para una piel más joven (82 euros).
3.- Sombra de ojos en color de alta definición Ombre Hypnôse Mono, de Lancôme. Para un look fresco y luminoso (32 euros).
4.- Máscara de pestañas Hypnose Volume a Porter, de Lancôme (33 euros). Volumen intenso y longitud pestaña a pestaña.
5.- Barra de labios remodeladora redensificadora LAbsolu Rouge, de Lancôme (31,30 euros). Labios más suaves y ocho horas de hidratación.