Alumnos del Instituto tecnológico de Massachusetts han abierto el primer restaurante en el que cocinan solo robots. Los platos están listos ¡en tres minutos! Por Fátima Uribarri
Hartos de la comida rápida de mala calidad y cara, cuatro estudiantes del Instituto Tecnológico de Massachusetts decidieron crear su propio restaurante, uno completamente diferente: sin cocineros. Se pusieron manos a la obra en el sótano de su fraternidad universitaria y este año han abierto Spyce, el primer restaurante totalmente robotizado. Es capaz de servir hasta 200 comidas a la hora. Y es barato: sus platos cuestan 6,30 euros. Al proyecto se sumaron dos chefs con estrellas Michelin, Daniel Boulud y Sam Benson, encargados de diseñar los menús. Son platos sencillos: cuencos de noodles, arroces, ensaladas, revueltos o preparados en wok al estilo marroquí, tailandés o latino.
Los clientes eligen menú y lo pulsan en una pantalla táctil. Entonces los siete ‘cocineros automáticos’ de Spyce se ponen en marcha. Una cinta transportadora introduce los ingredientes en cada uno de los robots dotados con woks. Los ingredientes, que ya están troceados, se mezclan en tambores rotatorios a una temperatura de 232,2 grados centígrados. Las ‘cazuelas’ están inclinadas de tal modo que los clientes pueden observar cómo se está preparando su menú.
Ofrecen platos sencillos: arroces, ensaladas, revueltos… por 6,30 euros
Cuando está lista, el chef robot vuelca la comida en un bol. Y entonces entra en escena, por primera y única vez, la mano humana. Sí, no han podido prescindir del todo de ella. Un empleado de carne y hueso se encarga de añadir la salsa y los toppings elegidos por el cliente. Nada más terminar su tarea, los robots se lavan a sí mismos. Y, además, lo hacen gastando un 80 por ciento menos de agua que un lavavajillas. Dicen los dueños de Spyce que allí se unen las tradicionales técnicas de cocina francesa y la más moderna tecnología. De momento, lo que más destacan los clientes es la pulcritud. Uno de ellos ha comentado: «Lo bueno es que no hay riesgo de encontrar un pelo en la sopa».
¿Cómo funciona?
Cocina a la vista
En el restaurante Spyce trabajan siete chefs robots. Sus brazos terminan en unos relucientes woks que cocinan los ingredientes a más de 200 grados centígrados. Y lo hacen con cierta inclinación para que los clientes puedan observar cómo se prepara su pedido.
Un único empleado
Los clientes seleccionan el menú en unas pantallas. Una cinta transportadora coloca los ingredientes, ya troceados, en los woks de los robots. Cuando la comida está lista, los robots la trasladan a los boles. Después, un empleado humano -el único- añade la salsa.
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