Lámpara PH alcachofa
La pieza decorativa más intelectual de la historia. Su creador, el diseñador de izquierdas Poul Henningsen, autor del ensayo polémico ¿Qué me dices de la cultura? (1933), fue un personaje clave de la sociedad danesa. Esta lámpara, muy complicada de fabricar (son 72 hojas superpuestas), produce un ambiente libre de resplandores. Algo tan banal como una lámpara de techo en este caso se transforma en un objeto místico. Es frecuente encontrarla en hogares donde hay altavoces de BandO y ropa ‘eco’ y sostenible. 7736 euros, Naharro.
Exprimidor de frutas Juicy Salif
A finales del siglo XX, la expresión ‘de diseño’ empezó a referirse a algo que había que poseer. No hay mejor ejemplo que este exprimidor de Philippe Starck, inútil pero bellísimo. Ante las críticas por su mal funcionamiento, Starck dijo. «No es para exprimir, sino para iniciar conversaciones». 56,39 euros, Fnac.
Mesita Noguchi
Hay quien se esfuerza en decir que el diseño industrial es una forma de escultura. Pero Isamu Noguchi fue un escultor interesado por el diseño industrial. Su mesita de 1944 son dos elementos idénticos de madera, en un ángulo preciso de 52 grados, fijados por un pivote y con una cubierta de cristal. Es una obra de arte. Y sus propietarios lo saben. 1960 euros, Naharro.
Silla Cherner
Norman Cherner era un arquitecto de Brooklyn. Allá por los años cincuenta, cuando diseñó esta silla, se trataba de un barrio de mal tono, en las antípodas de lo que es hoy, colonizado por los hipsters. Su pasión era el diseño ‘orgánico’ en una época en que ‘orgánico’ equivalía a ‘inteligente’ y ‘económico’. La presencia de este clásico de 1958 en madera contrachapada -en un loft, a ser posible- sugiere que el anfitrión es un esteta con ideas democráticas. 1294 euros, Doméstico Shop.
El perchero Hang it all
No tuvieron hijos, pero a Charles y Ray Eames siempre les gustaron los juguetes. «Nos tomamos el placer en serio», decían. Creado en 1953, este perchero se ha hecho tan ubicuo que es fácil pasar por alto lo meditado de su diseño. Las coloridas bolas de madera, con su toque lúdico, transforman un artículo banal en una obra de arte. 275 euros, Vitra.
Sillón Eames con otomana
Atentos a los gustos populares y al mundo de la televisión, el matrimonio Eames creó el sillón (Lounge 670) y la otomana (671) como un regalo de cumpleaños para el cineasta Billy Wilder. Los Eames estaban fascinados por lo industrial, pero este sillón de cuero y madera remite a los clubes londinenses. No hay pieza que proclame con tanta claridad el mensaje «soy amante del diseño». 8620 euros, Vitra.
Lámpara arco
Achille y Pier Giacomo Castiglioni fueron los dos magos del diseño. Creada en 1962, esta lámpara combina el clasicismo de un bloque de mármol muy pesado con un arco de aluminio increíblemente ligero. Todo menos práctica, se convirtió en un símbolo del ‘diseño italiano’. Las lámparas Arco aparecieron en películas como Diamantes para la eternidad. Roger Sterling tenía una de ellas en su despacho en Mad men. 1600 euros, Naharro.
Panton Classic
Verner Panton hizo que el mueble danés pasara de las maderas rubias a los plásticos policromos. Apilable, esta silla de fibra de vidrio creada en 1960 fue una de las primeras hechas a partir de un solo bloque de material. Y no tenía patas, lo que dejó admirados a los diseñadores de la época. Idónea para personalizar un espacio. 225,77 euros, Skandium.
Estantería Vitsoe
Dieter Rams fue quien mejor asumió el legado de Bauhaus. Su filosofía. lo discreto es mejor que lo chillón. Este sistema de estanterías creado en 1969 y denominado 606 sigue estando en producción. También es conocido como Universal, un nombre ambicioso. En lugar de resultar austero y rígido, el 606 ofrece infinitas posibilidades de uso. Atestado de volúmenes, es un claro homenaje al libro. 3000 euros, cuatro estantes, Vitsoe.
Silla Ercol 206
A mediados de 1950, el concepto ‘contemporáneo’ se hizo popular. La palabreja dejó de designar «lo que tiene lugar en este momento» y sugería atrayentes gustos vanguardistas. No hay mejor ejemplo de ello que la sobria silla diseñada por Lucian Ercolani en madera curvada. Perfecta combinación de lo artesanal y lo moderno, la Ercol 206 era omnipresente en las primeras cafeterías británicas. Hoy es el perfecto complemento para una máquina de café expreso bien visible a modo de declaración de principios. No está disponible en la actualidad.
Jarrón Alvar Aalto
Los modernistas finlandeses se hacían llamar funkis por su gusto por lo funcional. Sin embargo, este jarrón de 1937 fue más bien un capricho: la forma estaba inspirada en las curvas serpenteantes de los típicos pantalones de cuero de los lapones. La curva era, además, la firma del autor, pues aalto significa ‘ola’ en finés. Los jarrones Aalto son perfectos para crear conjuntos. Llenos de flores, dejan claro que el diseño puede ser tan decorativo como bello. A partir de 148 euros, Skandium.
Lámpara Anglepoise
Esta lámpara ‘de trabajo’ creada por George Carwardine en 1934 es una obra maestra del diseño industrial. Con ella, cualquier habitación recuerda a un estudio o taller. Este diseño intemporal y carente de frivolidad lleva a pensar en apasionantes labores creativas a altas horas de la noche. Hasta un garaje que la tenga se transforma en un estudio de artista. 211,75 euros, Doméstico Shop.
Taburete Tolix
El taburete diseñado por Xavier Pauchard en 1934 es un clásico del chic francés de uso cotidiano. El original era un regalo que los fabricantes de bebidas, ansiosos de fidelizar a sus clientes, hacían a cafés y brasseries. Apto para su uso al aire libre, la ranura en el centro facilita que el agua de lluvia se escurra. Con una baguette bajo el brazo y una boina en la cabeza, dejarás clara tu francofilia. 200 euros, Tolix.
Silla Barcelona
Es uno de los diseños más imitados de todos los tiempos y dota a sus dueños de cierta aura de refinamiento. También es indicio de que andan ‘forrados’, pues este icono de la era industrial sale por un dinerito. Otra paradoja. lejos de producirse en masa para el proletariado, fue diseñada por Mies van der Rohe para acomodar a Alfonso XIII durante su visita al pabellón alemán en la Exposición Internacional de 1929 de Barcelona. 5139 euros, Naharro.
¿Eres de los que sueñan con un ambiente ‘cool’ al estilo de Brooklyn? ¿O, por el contrario, tu meta es hacerte con una butaca ‘vintage’ de aire nórdico? Le hemos pedido al experto en diseño Stephen Bayley que nos cuente qué revelan los iconos del diseño del siglo XX sobre sus fans. Por Stephen Bayley
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