LA CASA DE MARTA FERRI
Habitado por artistas italianos durante el siglo XIX, el hogar de la diseñadora de moda Marta Ferri es ahora un moderno ‘palazzo’ que mezcla antigüedad y vanguardia
CASA DE MARTA FERRI: SALA DE ESTAR
Las dos columnas son de origen indio. En primer plano, la silla de mimbre pertenecía a la casa familiar en Cerdeña de Carlo Borromeo, el marido de Marta Ferri. Al fondo, en la pared, un cuadro de Marco Petrus.
CASA DE MARTA FERRI: SALÓN
El antiguo estudio del escultor Antonio Canova es ahora el salón familiar, presidido por una chimenea de piedra que perteneció a la casa de su madre.
CASA DE MARTA FERRI: EL RINCÓN
Marta Ferri posa con un vestido de su propia firma de moda junto a algunos cuadros con diseños de vajillas y un espejo de ojo de buey.
CASA DE MARTA FERRI: LA TERRAZA
En la planta baja, un pequeño jardín conecta directamente con la cocina. «Es como estar en el campo. Aquí paso la mayor parte del tiempo con mi familia», asegura la diseñadora.
CASA DE MARTA FERRI: LA COCINA
«Es mi lugar favorito de la casa», dice Marta Ferri, que usa telas de diferentes países para el diseño de su colección textil.
CASA DE MARTA FERRI: EL COMEDOR
La lámpara con aplicaciones vegetales en papel maché parece extenderse por el techo gracias al fresco de Picta Lab. La mesa y las siLlas tapizadas en rayas son de los años 50.
CASA DE MARTA FERRI: LOS UTENSILIOS DE COCINA
Una colección de cuchillos preside el panel central de la cocina. La cerámica blanca es de Porcellana Bianca.
Habitado por artistas italianos durante el siglo XIX, el hogar de la diseñadora de moda Marta Ferri es ahora un moderno ‘palazzo’ que mezcla antigüedad y vanguardia en el centro histórico de Milán. Por Raquel Peláez / Fotos: Silvia Tenenti
«Mi casa es un lugar independiente y libre de reglas arquitectónicas -asegura Marta Ferri-. Estará llena de errores, seguro, porque cuando llegamos decidimos que no queríamos llamar a un arquitecto porque preferíamos rehabilitarla a nuestra manera». Así explica la diseñadora de moda italiana cómo comenzó su aventura hace cinco años, cuando ella y su marido, el diseñador industrial Carlo Borromeo, decidieron adquirir este apartamento situado en el corazón del centro histórico de Milán.
«Era el estudio del pintor italiano Giuseppe Bossi, que vivió en el siglo XIX -continúa Ferri-, y ahora es un lugar ecléctico con una gran mezcla de estilos». Muebles rústicos, obras contemporáneas y antigüedades conviven en este hogar de grandes ventanales y techos altos.
«Algunas piezas son de la época en la que vivíamos en Nueva York; otras vienen de la casa familiar de mi marido en Cerdeña; y algunas, del hogar de mi abuela en Génova», explica.
INSPIRACIÓN Y MODA
Lo primero que llama la atención es el suelo de madera envejecida y lleno de pequeñas letras y dibujos que cubre todo el piso: «Decidimos comprar el suelo de una escuela india de 1930. Es de teca y está marcado porque era el lugar donde jugaban los niños. Estos grabados dieron vida a la casa desde el primer momento en el que lo instalamos». También destaca el gran salón, custodiado por siete ventanales, que solía ser el estudio del escultor neoclásico italiano Antonio Canova y en el que Ferri decidió mantener las proporciones originales. «La mayoría de los arquitectos a los que consultamos nos propuso que dividiéramos el salón en varias habitaciones pequeñas, y esa fue la razón principal por la que decidimos decorar la casa nosotros mismos».
«Nuestra casa fue el estudio del pintor italiano Giuseppe Bossi»
Desde los accesorios hasta la ropa de cama, todo respira el estilo que la diseñadora impregna en sus prendas de moda: «Siempre me inspiro en telas, especialmente en las tapicerías. En realidad creo que cada tejido tiene su propia personalidad -confiesa Marta-. Mi padre (el fotógrafo Fabrizio Ferri) me enseñó la importancia de la luz y los colores; y mi madre, diseñadora de interiores, ha sido una referencia para crear atmósferas y explorar las telas». Un estilo, el de los diseños de Ferri, que ya han lucido algunas de las princesas europeas, como su cuñada Beatrice Borromeo en su boda con Pierre Casiraghi, hijo de Carolina de Mónaco.