Elegancia bohemia: el salón
Los sillones son de Maxalto y las dos butacas Lady, de Marco Zanuso. La lámpara metálica Atollo es de Vico Magistretti. A ambos lados, los cubrerradiadores de hierro forjado son originales.
Elegancia bohemia: la entrada
El ventanal ha sido renovado al más puro estilo art déco. Abajo, el mueble Thalie, diseño de Joris Poggioli para Youth Editions.
Elegancia bohemia: dormitorio
La cama tiene como cabecero una fotografía de Valérie Belin. Sobre las mesas de luz, las lámparas son un diseño de Youth Editions. Las dos butacas de los años treinta se retapizaron con tela, de Dedar
Elegancia bohemia: el comedor
La mesa de diseño está rodeada de sillas Bold, de Moustache. Sobre el aparador de los sesenta, una fotografía de Valérie Belin.
Elegancia bohemia: el aseo
Dentro del baño, una de las paredes y la puerta fueron tapizadas con motivos de Piero Fornasetti. Lavabo, de Duravit.
Elegancia bohemia: accesos
Una puerta de hierro original separa la entrada del salón. La banqueta estaba en la casa y se retapizó con tela, de Dedar.
Con la reforma de esta mansión, el arquitecto francés Gaspard Ronjat demuestra que se puede ser contemporáneo viviendo bajo molduras de estilo ‘art déco‘ en el elegante barrio de Neuilly, en las afueras de París. Producción y texto: Ana Cardinale / Fotos: Matthieu Salvaing
Tras una larga búsqueda, una joven periodista de moda y su marido, abogado, encontraron la casa de sus sueños en el exclusivo barrio de Neuilly, a las afueras de París. Situado en la margen derecha del río Sena, esta zona se caracteriza por sus espectaculares calles e inmensas manzanas, con edificios cuyas fachadas compiten en grandiosidad y elegancia.
Y es en aquel lugar, con cierto aire de pueblo para burgueses adinerados, donde se encuentra esta mansión de cuatro plantas, testigo privilegiado de la arquitectura de los años treinta, que había pertenecido a un rico industrial y que luego se subdividió en cuatro viviendas distintas. La pareja adquirió el entrepiso y la planta baja con jardín y decidió someterla a un lifting rejuvenecedor.
Para ello confiaron la renovación al arquitecto Gaspard Ronjat, quien supo interpretar al pie de la letra las consignas de los dueños, aunque respetando al cien por cien el estilo que desde el principio había cautivado a los dueños. «En el entrepiso conservé los espacios de recepción, que mantuve interconectados. Solo uno cambió de función, ya que de recepción pasó a ser el dormitorio principal con su baño incorporado como una caja apoyada sobre el suelo de madera, que conservé -asegura el arquitecto-. También respeté la chimenea de mármol, con la idea de poder recuperar el cuarto original si algún día sus dueños decidieran hacer una nueva reforma».
Esta mansión de cuatro plantas es testigo privilegiado de la arquitectura de los años treinta
El arquitecto conservó los detalles originales más interesantes de la vivienda para que la casa siguiera manteniendo su esencia. chimeneas, pisos y boiseries; los picaportes de las puertas y la herrería; y todas las aberturas de la construcción original, incluidas las ventanas del comedor con vidrios bombeados.
AMALGAMA DE ESTILOS
La propiedad tiene una superficie de 350 metros cuadrados más otros tantos de jardín. Desde la entrada, con su imponente ventanal de estilo art déco, se accede a un gran salón en el centro, al dormitorio principal a la izquierda y al comedor a la derecha, que comunica con la cocina. En la planta baja se crearon cuatro cuartos y tres baños.
El arquitecto conservó detalles como chimeneas, puertas, ‘boiseries’ o la herrería
Toda la casa tiene una estética muy sofisticada y elegante, aunque también destila un aire algo bohemio. Esto se debe a que tanto el arquitecto como los dueños procuraron evitar que fuera demasiado formal. Es así como el gran salón con ventanales orientados hacia el jardín y su decoración relajada se parece a un loft del Soho; o el comedor, a una casa de campo inglesa; y el dormitorio principal, al de una estrella de Hollywood.
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