Óscar S. Aranda: «Tuve que huir de los narcos por defender a las tortugas»

Nací en León (México, 1974) y he publicado ‘El lenguaje secreto de la naturaleza’ (editorial Plaza & Janés). Creo que, después de leer este libro, su visión de los animales y las plantas cambiará para siempre. Por Virginia Drake/ Fotografía y video: Javier Ocaña

XLSemanal. ¡Su amor a los animales es infinito!

Óscar S. Aranda. Sí, los amo más que a la mayoría de las personas.

XL. Dice que era un niño rarito y solitario. Cuente lo que había en su cuarto.

O.S.A. [Ríe]. Estaba enmoquetado y tenía ratas dentro del armario, un acuario, serpientes, tortugas… olía supermal. A los reptiles los dejaba sueltos por casa.

XL. Dedica mucho a proteger a las tortugas marinas y casi muere en el intento.

O.S.A. Incluso estando en extinción, las matan y les roban sus huevos. Patrullaba de noche por Puerto Vallarta para evitarlo y, al principio, se involucraron hasta el Ejército y la Policía. El proyecto se hizo muy visible y venían voluntarios de otros países; fue muy bonito.

XL. Hasta que se topó con los narcos.

O.S.A. Allí, al que realiza actividades ilegales, le gusta ofrecer carne de tortuga en su casa: es un símbolo de estatus. Los narcos más poderosos comían tortuga y tenían un jaguar como mascota.

XL. ¿De verdad los huevos de tortuga son afrodisiacos?

O.S.A. ¡Qué idea más tonta! pero tan arraigada en México. Rompen varios huevos, los echan en un vasito y ponen picante hasta morir y lima para matar el sabor, que es horrible. Luego se lo toman sin respirar. ¡Una barbaridad!

XL. Los narcos lo amenazaron de muerte por defender a las tortugas y tuvo que huir.

O.S.A. Hasta el Ejército y la Policía miraban para otro lado y colaboraban con ellos. Me tuve que venir a España y dedicarme a mi otra pasión: las plantas.

XL. Y ahora trabaja de jardinero en una urbanización.

O.S.A. Sí, me fue difícil encontrar otro empleo y creo que soy uno de los jardineros peor pagados de España [ríe].

XL. Licenciado en biología y con varias diplomaturas, ¿es cierto que gana cinco euros la hora?

O.S.A. Mmmm, de eso prefiero no hablar. Debajo de mi traje de jardinero hay un biólogo apasionado que no poda las plantas si en ellas hay un nido de avispas ni echa veneno si hay hormigas.

XL. ¿En su casa las moscas campan por sus respetos?

O.S.A. Yo no mato a nadie: bicho que entra, bicho que sale. Los mosquitos por la noche son muy pesados, pero me tapo para que no me piquen. Y a las moscas les dejo una luz encendida fuera del cuarto y la mayoría sale. El año pasado anidaron en mi casa unas avispas y yo, feliz: todos los días iba a ver cuántos huevitos habían puesto. A la avispa no le interesa picarte y no lo hace si tú no la provocas.

Desayuno: vegetariano, claro

«Una tostada de pan de cereales con mantequilla y mermelada y un café con leche: soy vegetariano, consumo lácteos y huevos, pero no carne ni pescado».

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